El mundo de hoy está al revés. Así como está y por la
autopista en que velozmente se mueve, va camino a una urgente autodestrucción.
La civilización entera está produciendo los motivos,
los gérmenes de su propia autodestrucción. Es decir, la Ciencia, la Tecnología,
las políticas públicas de muchos Estados, la enseñanza actual, la justicia, los
cánones y preceptos sociales están al revés en el mundo de hoy.
Lo que antes era de
bueno, hoy es malo. Lo que antes era
prohibido, hoy es permitido. Lo que antes era oculto, hoy es público. Lo que
antes era vergüenza, hoy es hazaña.
No hay valores. Los valores tienen un peso y una
validez situacional, al igual que el mercado financiero de Wall Street. Suben o
bajan según las situaciones, los intereses y los grupos de poder que los
manipulen.
La falsa ciencia está quemando combustibles fósiles y
lanzando diariamente a la atmósfera millones de toneladas métricas de gases con
efecto invernadero, que han producido el cambio climático y mucho daño a todos
los países en su infraestructura civil, en su agricultura, en su alimentación,
en salud, en su crecimiento económico, en su nivel de empleo y en el bienestar
general de la vida humana, y afectando severamente la biodiversidad.
La deforestación
de bosques y la desertización de la tierra avanza a la escandalosa cifra de 8%
anual. Al ritmo que vamos, la
tierra en pocos años será un gran desierto, pues con la eliminación de los ríos
que ahora son cloacas a cielo abierto, los lagos, los humedales y cuerpos de
agua, en pocos años no tendremos ni comida, ni agua que beber, ni población
humana que sobreviva a este proceso suicida. A este mundo al revés.
Para el año 2.050, dos terceras partes de la población
de la tierra vivirá el “stress hídrico”;
es decir, sufrirán escasez absoluta de agua. Para ese tiempo la tierra será
considerada no segura para ningún ser vivo. Estamos a 1 o 2 grados centígrados
de alcanzar el nivel del no retorno y las evidencias científicas expresan que
el planeta tierra está en estado de emergencia planetaria.
Cada segundo que
pasa, el planeta pierde un área de bosques del tamaño de una cancha de fútbol.
Si calculamos matemáticamente este daño ambiental,
tendremos que: en un minuto se destruye un área de bosques de 60 estadios de
fútbol. En una hora, tendríamos que multiplicar 60×60= 360 estadios. Y esta
última cifra multiplicada por 24 horas diarias es igual a 8.640 estadios
diariamente. Para calcular el daño anual, multiplicamos 8.640×365 días y
tendremos la cifra mortal de 3. 153.600 estadios de fútbol que de bosques pasan
a desierto. Agredimos de esta manera la tierra, la Madre Naturaleza y sembramos
muerte, en vez de vida, nos convertimos en matricidas y posteriormente en
suicidas inconscientes e irreversibles.
Cuando advienen las consecuencias, hipócritamente nos
asombramos de noticias del cambio climático, del extremo calor o de excesivo
frío en sitios que antes eran cálidos. Nos lamentamos de huracanes, tornados,
tsunamis, terremotos, deslizamientos de tierra, “niños y niñas”, como ahora se
le llama al exceso de lluvias o a la sequía inclemente que impide la
agricultura y los frutos generosos de la tierra para alimentar a sus hijos,
como es el caso de África, donde hay una hambruna de casi 47 millones de seres
humanos, sin que nadie haga algo por ayudar a mitigar este cuadro de dolor y
lágrimas. En este mundo al revés donde ahora vivimos.
Según cifras de la
UNICEF, un total de 19.000 niños menores de 5 años, mueren diariamente por
desnutrición en el mundo.
El año 2.019, el gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil,
permitió tala total en Mato Grosso de una superficie de 11.000 km cuadrados,
destruyendo árboles con más de 1.000 años de antigüedad.
El año pasado, Bolivia perdió 2.900 kilómetros
cuadrados de bosques, talados para supuesta
agricultura, que resultó cambiada por plantaciones de Coca, debido a que
ese cultivo es más rentable económicamente para los campesinos de ese país. Por eso afirmamos que vivimos en un mundo
al revés.
Bogotá perdió el 98% de ecosistemas que una vez fueron
humedales y hoy día sólo existen 726 hectáreas, de un total de 50.000 que eran
en principio. Razón de su actual racionamiento y escasez de agua.
El mundo está al revés en todos los aspectos del ser y
del quehacer. La llamada Ciencia oficial no tiene, ni ha tenido jamás ningún
límite ético. Eso no existe para los científicos. Esta Ciencia del ojo, como la llamó el Sabio Salomón, está
destruyendo el planeta y el sano equilibrio de las especies. Está haciendo
imposible la vida y finalmente, conseguirá, “sin querer, queriendo” borrar todo vestigio de formas vivientes de
la faz de la tierra.
Es amoral lo que estamos viendo y viviendo. La
siguiente cifra prueba estas afirmaciones anteriores sobre el impacto mortal de
la Ciencia: 7 MIL MILLONES de toneladas
de CO2 (Dióxido de Carbono), son lanzadas cada año a la atmósfera.
Destruyendo así la capa de Ozono, produciendo el deshielo del casquete polar,
aumentando el nivel de los mares, inundando ciudades costeras, como ha ocurrido
en Venecia este año, y como ocurrirá en pocos años con muchas otras ciudades en
diferentes lugares del mundo.
Cualquier desprevenido lector pudiera pensar que estos
temas no son de Gnosis, y nosotros afirmamos que la Gnosis está en todas partes. Justamente, por falta de Gnosis es que
la gente actúa sin brújula, destruyendo todo. Hasta su propia vida.
Lanzando al abismo y a la muerte segunda a su propia alma, por el cochino
dinero, por el desaforado afán de dinero. Por falta de Gnosis es que el mundo
está al revés y se encamina hacia su doloroso final.
Estos temas en este y en artículos anteriores, los
hemos desarrollado así, para demostrar el estado caótico, anárquico y
deteriorado de la actual sociedad mundial, vinculando tales circunstancias con
la carencia de principios espirituales. Todo ello como consecuencia de un
Infinito vacío existencial, de un agujero negro, en el alma colectiva del
liderazgo terrenal. Demostramos de esta forma que, los gnósticos conocemos el
libreto de esta novela kafkiana y conocemos el futuro en el que ya no
viviremos, pues la maldad humana y sus sabios inconscientes y encumbrados,
habrán extinguido toda manifestación de vida sobre el rostro de la Madre Tierra.
En este mundo al revés no hay valores que perduren, ni
que se practiquen con convicción. Alguna vez escribimos que los valores son
frutos del consenso social, de una época, de una región geográfica, de una
cultura y hasta de unos intereses. Los
valores están ubicados en la mente, en el intelecto. Mientras que las virtudes
están ubicadas en el alma. No pertenecen al tiempo. Las virtudes son
eternas y tampoco se extinguen con la muerte. Razones más que suficientes para
que desarrollemos virtudes. Pero imposible
ninguna virtud sin castidad, sin el lecho Santo y sin mancilla.
Un mundo al revés, porque ser corrupto, ser
traficante, ser extorsionista, oportunista, ser mentiroso y violento, ser
infiel y promiscuo, es bueno, en la inversión general de valores que ahora
vemos. Ser educado, cumplir con las normas de urbanidad, respetuoso y cumplidor
de sus deberes y obligaciones es cosa de tontos.
La humanidad ya ni piensa. El japonesito que inventó
los más de mil emoticones, es el que piensa ahora. Y con sus figuritas te
responde lo que quieres decir. Asombroso
que, ante un artículo, un comunicado, ante una excelente poesía, o cualquier
comunicación, la gente responda con una manito, una carita.
Despierta, y date
cuenta que te robaron la capacidad de pensar, en este mundo al revés.
En estos tiempos de Consciencia súper dormida, de
fascinación total, de ignorancia. De gente floja, a los pueblos les gustan los
líderes populistas, embusteros, falaces, con un discurso de promesas
incumplibles. El populismo siempre
castiga y perjudica a quienes aparenta beneficiar.
Eso le gusta a la gente, y por eso, a nivel mundial
muchos políticos demagogos han sido elegidos en altas magistraturas, y como
jamás pueden cumplir sus promesas, se convierten en verdaderos verdugos para
sus pueblos, en pesadillas. Y peor aún, el presidente saliente siempre quiere
imponer a su sucesor. Casos hay por doquier.
Jamás hemos
conocido un político veraz. Ni honesto. Ni sincero, ni desinteresado, ni
altruista. Esas son cualidades de gente avanzada, superior y los políticos no
lo son.
Este es un mundo al revés, porque está basado en el
trapecio de la mentira. En el mal. A la gente le gusta que le mientan. Por eso,
el Maestro Gargha Kuichines lo dijo lapidariamente con su Verbo de fuego: “La mentira la cree todo el mundo, pero la
verdad ni con testigos.”
Este es un mundo de hipocresías. Gran parte de la
población africana sufre una hambruna genocida, falta de agua, de alimentos, de
medicamentos, una terrible crisis de salud, anterior a esta pandemia y esa
situación origina una fuerte tendencia migratoria hacia Europa, que los rechaza
frontalmente, los persigue, los apresa y deporta porque en su inmaculado
territorio no quiere “negros”
hambrientos. Las islas de Lampedusa en Italia, el enclave colonial de Gibraltar
y las Islas Canarias son fortalezas blindadas para impedir que esos seres
lleguen al continente europeo, aunque con ello destruyan la economía turística
de esas regiones, lo importante es que no se permita su entrada a tierra firme.
Pobres, hambrientos y rechazados viven un infierno aquí en la tierra. Karma implacable por desobedecer las leyes
divinas.
En Washington me dijo un amigo misionero que con la
comida que se bota en Estados Unidos sería suficiente para acabar con el hambre
en el mundo. Y creo que no es la falta de producción de alimentos, sino la mala
distribución de ellos. O carencia de poder adquisitivo.
Está tan al revés el mundo que los pantalones rotos
valen más que los clásicos. Que el mal es más abundante que el bien. Tan al
revés que los poderes y virtudes del Cristo están en el infierno secuestrados
por el Satanás individual. Por eso el Ritual gnóstico dice: “Seth ha capturado a Horus mientras
vigilaba la construcción de las murallas del Templo Interior en los campos de
la paz.” Aparentemente el hombre ha puesto la materia por encima del
Espíritu. Las cosas espirituales nadie las quiere, ni las valora.
En New York me dijo un amigo judío: “Esas virtudes tuyas no sirven para ir al
supermercado.”
Bienaventurados los gnósticos porque nuestro mundo no
está al revés. Porque marchamos alegres de la mano de la Madre Divina hacia el
seno del Omnimisericordioso.
Bienaventurados todos nosotros porque hemos resistido
la feroz arremetida de la humanidad y con Fe y voluntad hemos sido fieles al
Cristo y a las enseñanzas del Avatara Samael.
Bienaventurados los limpios de corazón, los que
permanezcamos en castidad y azotando los mercaderes del templo de Dios.
Bienaventurados los que permanezcamos en el pacto con
Dios, porque Dios jamás se desentenderá de nosotros.
Bienaventurados todos nosotros porque amamos a Dios
sobre todas las cosas.
Bienaventurados los gnósticos porque amamos y cuidamos
la Madre Naturaleza, porque es una manifestación del poder de Dios, por lo
cual, donde quiera que nos encontremos seremos asistidos y amparados, pues
somos triunfadores con Cristo y participamos de la gloria de su Santísima
Sangre.
Bienaventurados los que hayamos practicado la doctrina
del amor del Cristo, porque tendremos el galardón prometido a los heroicos
luchadores de la Luz. Y podremos ver el rostro de Dios y participar de su Santo
Reino.
Podemos mirar el
Sol de frente, porque fuimos concebidos para la Luz.
“Gloria a los
hijos del Sol.
Gloria a los
Dioses Solares.
Benditos los que
tienen al Dios Horus encarnado,
Benditos los que
le amen y le sirvan.”
¡¡¡Salve. Salve. Salve!!!
MARIANO JOSÉ HERRERA VILLERA
M.K.
GNOSIS DE VANGUARDIA
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