miércoles, 27 de septiembre de 2017

CONFLICTO MORTAL ENTRE HOMBRE Y NATURALEZA




Los desastrosos acontecimientos naturales que han azotado diferentes zonas del planeta tienen un claro y preciso origen en las agresiones de todo tipo que la actual civilización ha hecho contra la Madre Naturaleza.
Esta “generación de víboras”, como la llamó Juan de Patmos, jamás sintió el mas mínimo respeto por la naturaleza, nunca la amó, ni consideró que era parte de ella y por lo cual, había un vínculo indisoluble, irreversible, insoslayable con ella. El hombre, su llamada ciencia y su tecnología, han persistido en el desafío y la destrucción del biosistema planetario, del equilibrio y sana convivencia entre las diferentes especies vegetales, animales, y entre los mismos humanos.
La naturaleza ha sentido y se ha resentido por las agresiones en su contra y ha devuelto el golpe certeramente. Bien decía el antiguo adagio: “El que siembra vientos, recoge tempestades.”
Esta inclemencia, estos terremotos, sismos, huracanes, tsunamis, deslaves, erupciones volcánicas sistemáticas y generalizadas; hundimientos de la corteza terrestre, crecidas y desbordamientos de masas de agua, el efecto invernadero, los cambios climáticos, el “Niño y la Niña”, son producto de las  acciones equivocadas, irresponsables y abusivas del ser humano, de los gobiernos y de la materialista e insensible sociedad actual.
Lo que está ocurriendo a nivel mundial no es consecuencia de las profecías. Lo que está ocurriendo es efecto de las pésimas acciones individuales y colectivas que hemos realizado contra el planeta y contra la naturaleza. Hemos afirmado siempre que estamos en un mundo de causa y efecto, en donde, crease o no en Dios o en los Seres celestiales que rigen nuestra existencia, “el mal es un boomerang que siempre se devuelve hacia quien lo lanza.”

Por considerar didáctico y de plena vigencia para explicar los fenómenos naturales actuales,  transcribo apartes del capítulo 1, de nuestro libro “Develación de los Misterios de la Cruz” el cual está disponible en este blog. Cito textualmente:  
“Vino a mi palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una olla que hierve; y su faz está hacia el norte.
Me dijo Jehová: Del norte se soltará el mal sobre todos los moradores de la tierra.”
Los gnósticos sabemos bien que la Cruz guarda relación con los 4 elementos y que cada brazo representa uno de ellos. Decimos solemnemente que el punto cardinal del norte, en el Árbol Santo de la Cruz representa el dinero, el materialismo, la avaricia, la codicia. La ciencia del ojo. El capitalismo salvaje y depredador que con su voracidad de dinero ha asolado y destruido la biodiversidad, los ecosistemas, ha depredado los recursos naturales, ha contaminado la atmosfera emitiendo diariamente miles de toneladas métricas de dióxido de carbono, gas metano, óxido nitroso, Hidrofluorocarburos, Perfluorocarburos, Hexafluoruro de azufre, etc., etc. Todo lo cual ha producido el calentamiento global aniquilando especies de flora y fauna y estimulando los cambios climáticos, con secuela de inundaciones, huracanes, tifones, tornados o efectos como el llamado “Niño” que es sequia total o “Niña”, que es un conjunto de lluvias intensas que producen daños a las ciudades, a la infraestructura, a la agricultura, la vialidad y la economía y bienestar de los países.
Todo ello es producto de que la tierra como elemento, empieza a perder consciencia de sí. Recordemos que la tierra es un átomo gigantesco que tiene su órbita y es parte de un sistema supra atómico de este sistema solar.   
El átomo y, todo átomo, es una sabia combinación de materia, energía y consciencia. Los desastres actuales han sido y están siendo causados por la falsa ciencia y tecnología y eso tiene su impacto negativo sobre la Madre Naturaleza y sobre la vida y el bienestar de las criaturas que la pueblan o conforman. Es preciso recordar la frase de Francois Rabelais, cuando dijo: “La ciencia sin consciencia es la ruina del alma.” En este caso,  además, es la ruina de toda la humanidad.
Todo va global y lentamente preparándose para la Gran Final de la Quinta Raza y su Sexta sub-raza. Las 14 profecías del fin se han cumplido todas. Estamos viviendo por la misericordia Divina, porque si por Ley fuera ya la Justicia Divina habría ejecutado su fallo hace casi 70 años. Ante ese terrible y doloroso final que aguarda a la presente raza aria; en Pistis Sophia, el Gran Avatara Samael Aun Weor dice que, “es mejor que se produzca el hundimiento de los continentes y no que perezcamos a mano de las terribles y crueles armas nucleares y de todo tipo que se utilizarían en una tercera y última guerra mundial, la cual terminaría borrando todo vestigio de vida sobre la tierra”. Cumpliéndose así la profecía del apóstol Pedro, quien en su Segunda Epístola, capítulo 3, versículos 10, 12 y 13, profetiza de esta manera:
“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasaran con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos y la tierra y las cosas que en ella hay serán quemadas.
Esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos encendiéndose, serán deshechos y los elementos siendo quemados se fundirán.
Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierras nuevas, en los cuales mora la Justicia.” Amen. Amen. Amen.
Obviamente que esos “cielos nuevos y tierras nuevas en los cuales mora la justicia,” se refieren a los mundos suprasensibles, paradisiacos, a la Heliópolis celestial, la Jerusalén de arriba; porque esta de aquí, la terrenal, solo sirve para vomitar fuego demoledor, para producir lágrimas, dolor, muerte y desolación contra sus vecinos y no conoce, ni conocerá los campos de la Paz, donde mora el Señor de la Estabilidad Inmutable.
Porque si el último versículo de esta profecía del Gran Hierofante, se entendiera a letra muerta, entonces deberíamos esperar millones y millones de años para que la tierra, como la casa mayor, estuviera apta para la vida y el crecimiento de especies nuevas que conformen un nuevo Mahamvantara o día cósmico.
En todo caso, el versículo 14, del libro de Jeremías, capítulo 1, es en extremo profético y exacto: “El mal vendrá del norte.” Observemos que los países que se llaman desarrollados están todos ubicados en las latitudes nórdicas como: Estados Unidos, Canadá, Alemania, Inglaterra, Francia, Rusia, Irán, China, Corea del Norte, los cuales tienen el fatídico poderío bélico de encender la mecha de una confrontación militar que acabe con la vida sobre la tierra. Entre tanto, los países por debajo de la línea ecuatorial son países pobres, con hambrunas endémicas y sin capacidad militar, ni tecnología para desatar un conflicto global. Fin de la cita.
En conclusión,   todo acto del pasado tiene mil influencias sobre los actos del presente. Ya el mal está hecho, pero la Sagrada Liturgia gnóstica afirma que: “Para los indignos todas las puertas están cerradas, menos una, la del arrepentimiento”. Algunos populistas  religiosos creen que todas las cosas pueden revertirse a través de la misericordia divina. Pero la misericordia antecede al perdón, y  solo se activa si primero hay un acto de contricción, de verdadero arrepentimiento. Y la actual humanidad si quiere calmar un poco la furia de la Madre Naturaleza, tiene que mirar hacia lo alto, buscar la solución existencial a su problema en las reconditeces del Ser.
De nuevo, sabia y oportuna la Liturgia Gnóstica cuando exclama jubilosamente:
“Con la vista hacia lo alto, adorad al Señor.
Escuchad su palabra de místico son.
Un camino señala Luz y Eterno Amor,
A los hombres y pueblos que escucharon su voz.
La parte más honda de la Madre Natura es la aeonica vida que en nosotros fulgura.”


Urgente e inaplazable elevar el nivel vibracional de la mente, del alma. Empezar a practicar, a vivir intensa y masivamente  en todos los ámbitos,  la doctrina del amor del Cristo. Dejar tanto odio, rencor, ira y resentimiento. Perdonar si quieres ser perdonado. Cambiar de actitud hacia la creación entera, mejorar substancialmente las relaciones con el Padre Creador, y con sus manifestaciones. Orar, clamar la remisión de nuestras faltas.
Aunque cada raza tiene su comienzo y su final, aunque estemos viviendo los tiempos postreros, la misericordia existe, está en ti y en mí activarla. Algún teólogo cristiano dijo que: “La misericordia de Dios es más grande que todas sus obras.” También en Juan, 3.16, dice: “De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en El cree no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Retomando algunas partes de nuestro libro “Develación de los Misterios de la Cruz”, citado previamente,  dice que en Jeremías, capítulo 3, encontramos los siguientes versículos que meditados profundamente podrían darnos luces o explicaciones ocultas sobre las actuales catástrofes naturales que están azotando todos los países.
3.1  “Tu pues, has fornicado con muchos amigos; mas  ¡vuélvete a mí!”
3.2  “Y con tus fornicaciones y tu maldad has contaminado la tierra.”
3.3  “Y has tenido frente de ramera y no quisiste tener vergüenza.”
3.9  “Y sucedió que por juzgar ella cosa liviana su fornicación, la tierra fue contaminada y adulteró con la piedra y con el leño.”
3.13 “Reconoce, pues,  tu maldad porque contra tu Dios has prevaricado…”
3.14 “Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová.”
En el capítulo 4 del gran profeta Jeremías, Dios asoma misericordia ante tanta abominación cometida por Israel, y dice:
4.1 “Si te volvieres oh Israel, vuélvete a mí. Y si quitares de delante de mí tus abominaciones; y no anduvieres de acá para allá y jurares,
4.2 Vive Dios en verdad, en juicio y en justicia, entonces las naciones serán benditas en El y en Él se gloriaran.”
Apreciado lector o hermano de la senda de la Luz del Cristo, la destrucción de la humanidad no es tema de religiones, de fanatismos, ni de rumores,   hemos llegado a la hora suprema de Shakespeare: “Ser o no ser”, por lo cual es preciso introspectarnos, sincerarnos pero jamás  justificarnos. Llegó  la hora de la sobrevivencia y de ella solo serán dignos los que crezcan en Fe, en Espíritu, en Verdad,  en Consciencia Cósmica, los que logren purificar y cristalizar alma. La Biblia dice: “El justo vivirá por la Fe.” Llegó la hora cimera, la hora de la resurrección de los muertos, de los que están muertos para la sabiduría y la ciencia de Dios, del Espíritu Universal de vida. La hora inaplazable de asumir plenamente que lo que se ve fue hecho por lo que no se ve. Asumir que el mundo material es manifestación del inmaterial. Asumir nuestra falta, que hemos transgredido todas las leyes divinas y hasta las humanas.  Asumir que Dios no está lejos, ni más allá de las estrellas y del firmamento, pues Dios habita y se manifiesta en el fondo de cada corazón humano y en el núcleo de cada estrella y en la partícula mas infinitesimal de todo cuanto existe.
En estos tiempos aciagos y simeros se impone, además de un cambio radical, producir en cada ser humano, en cada familia, un esfuerzo supremo para llegar al recto pensar, recto sentir, recto actuar.
La Biblia dice: “La oración del justo puede mucho.” Aunque nosotros todavía no somos del todo justo, oremos, clamemos la asistencia, la piedad, la misericordia, el perdón de la Madre Naturaleza y de Dios a través de su Hijo el Cristo. Rectifiquemos nuestra conducta. Rectificar es de sabios, pero permanecer en el error es de necios.

La Escritura Sagrada dice: “Si escuchareis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.” Recuerdo que quien me enseñó a orar en la presente existencia fue el apóstol Pedro. Nos levantábamos bien de madrugada y con un frió intenso, rostro en tierra, y entre lágrimas y sollozos  el Gran Hierofante  exclamaba:
“Padre mío, Señor mío, Dios mío,  Padre de todo lo creado, Padre de todas las luces y de todas las paternidades, escucha mi oración, escucha los ruegos y el clamor de mi alma y de mi corazón. Te pido perdón, piedad, misericordia por todos los pecados que he cometido en fornicación y en adulterio, en consciencia y en inconsciencia, perdón por mis rebeldías, por mis concupiscencias, por mis iniquidades, por mis abominaciones, perdóname, Padre. Ayúdame a crecer en Fe, en Espíritu, en Verdad, en Luz Divina en Consciencia Cósmica, ayúdame a formar alma. Lávame con la sangre del Cordero y hazme contar entre tus elegidos. No me dejes salir de la Luz y hazme heredero de tu Santo Reino, de tu Divina Gracia. Te lo pido por la misericordia de tu Hijo, Nuestro Señor  y Salvador Jesús el Cristo, a quien sea el Poder, el Honor,  la Honra, la Gloria, la Luz Divina y la Gracia del imperio sempiterno. Así es. Así es. Así es. Hecho está. Hecho está. Hecho está. OM TAT SAT IAO.”  


MARIANO JOSE HERRERA V.
MAESTRO M.K.  
Apreciado lector (a), mucho agradecemos hacer tu donación para el sostenimiento y pago de esta noble misión de Pedagogía Espiritual. "Dando es como se recibe".
GNOSIS DE VANGUARDIA
paypal.me/gnosisdevanguardia

1 comentario:

  1. Que hermoso, a veces tenemos la dicha de formar parte de la vida de personas que tienen un Don tan espectacular como lo es el tuyo Padre y no lo valoramos lo suficiente, Escribes hermoso y en cada palabra se nota tu sentir, DIOS siga guiando e iluminando tu corazón para dejar un legado de Espiritualidad, de sentimiento y de ganas de descubrir el; porque de tantas preguntas que normalmente nos cuestionamos, muchas veces culpando a Dios por las cosas que pasan.Cuando los verdaderos culpables somos nosotros mismos. Por nuestras actuaciones de egoísmo, vanidad, rencor, odio y despues no reconocemos que dañamos a muchos y hasta a la propia tierra. Porque DIOS nos envió con una misión y de seguro a de ser rescatar lo que se ha perdido, todos esos valores de igualdad, de humanidad y de respeto hacia todo lo que nos rodea, A ser agradecidos dia tras dia por todo lo que tenemos y no de quejarnos por lo que creemos nos hace falta, porque el solo hecho de respirar de ver cada amanecer ya lo tenemos todo...Gracias DIOS por la Vida....

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