En vísperas de la conmemoración de la encarnación del Logos Divino en la tierra presentamos a nuestros lectores el siguiente artículo!!!
Este 27 de Octubre se cumplen 100 años de la encarnación del Logos Divino Samael Aun Weor sobre la tierra. Celebramos en este tiempo que este gran avatara de la humanidad recibiera sus Iniciaciones de Misterios Mayores, y con ello también la espada flamígera que es el poder y el mando para ordenar a las fuerzas elementales y elementarias que conforman la creación entera.
Gracias a este gran Ser de Luz ha sido posible llevar el mensaje de salvación hacia todos los continentes, a muchas almas sedientas de las aguas de la sabiduría eterna, con claridad, objetividad y sencillez. Proveniente del mundo de la Razón Objetiva, Samael es el Quinto Avatara, la Quinta Trompeta del Ángel apocalíptico, el poseedor del Quinto Misterio, el Misterio del Arcano AZF, sembrador del Quinto Árbol que está en el huerto del paraíso y por tanto, su escriba sagrado.
Sí. Samael es el Quinto Misterio develado en la aurora ígnea de la Era de Acuario. Su nombre sagrado contiene según la Semántica Cósmica los morfemas y estigmas santos de la Cruz del Cristo. Veamos: SA es el mantram masculino del fuego, y por tanto el palo vertical de la cruz. MA es el mantram femenino del fuego, y por tanto, el palo horizontal del Árbol Santo y Redentor de la Cruz. EL es la creación entera, el mundo de Origo como Espíritu Universal de vida. EL es Dios, es el Universo, el Cuerpo Celestial de Dios. He allí, por qué los nombres sagrados de casi todos los Ángeles en idioma hebreo terminan en EL. En síntesis y como corolario supremo, SAMAEL contiene en su propio nombre el Misterio de su sabiduría oculta y el mandato divino de su santa misión.
Un Maestro es de hecho, y por derecho un Hijo del Fuego. Una ardiente llama que se enciende como estrella luminosa en el Mahavamtara de la vida. Es un infinito individual que se proyecta hacia el infinito total, un micro que se convierte en Macro. Es la diversidad avanzando en medio de la Unidad. Es la parte expresándose en el Todo. Que entienda el que tenga entendimiento, porque aquí hay sabiduría de Dioses.
Así como la cruz del Gólgota fue terrible y dolorosa para el Divino Salvador del mundo y de los mundos, así también develar, iniciar la luminosa y radiante Era de Acuario fue tremendamente difícil para Samael Aun Weor. Fue difícil por la cantidad de mitos, creencias falsas, ignorancia y tinieblas en que se debatía la humanidad. Además de las nefastas influencias de los tentáculos romanos que produjeron hasta cárcel para este Profeta del Altísimo, uniéndose a todo ello, la falta de recursos económicos o financieros para apoyar la inmensa misión cósmica puesta sobre la humana personalidad del bodhisatwa.
El Gran Jerarca Anubis Sabaoth me enseñó que siempre el Cristo consigue un cirineo que le ayuda a cargar su cruz. Y eso fue lo que sucedió con la aparición de Gargha Kuichines en la vida y misión del Iniciador. Samael es la fuerza del Cristo y esa fuerza no podía llevar a cabo su iniciativa sin el amor. El amor encarnado en el rayo venusino de Gargha Kuichines amalgamó y dio acertada dirección a la obra samaeliana. Gargha Kuichines, además de amor por su rayo de creación, trajo ayuda económica absolutamente necesaria. Fue una cósmica simbiosis que permitió el triunfo de la obra del Padre. La fuerza sin amor es despotismo, violencia, dictadura. El amor sin fuerza es decrepitud, es impotencia y fracaso. La unidad era la clave del triunfo y eso fue lo que hicieron estos grandes Maestros y guías de la humanidad. Solo así, estos sabios seres pudieron cumplir el mandato de la Divina Madre cuando en la Liturgia nos orienta y exclama diciendo: “Triunfad. Eso es todo.”
Samael era un erudito, ilustrado profunda y vastísimamente en todas las literaturas, filosofías y doctrinas de todas las civilizaciones humanas. Además estaba dotado del don de la Razón Objetiva, que da el conocimiento de lo Real, de la Verdad, del Mundo del Espíritu Puro. Samael podía ver hasta miles de años atrás todo el proceso evolutivo de este y de otros mundos. Podía ver y explicar científicamente los grandes enigmas del Universo y de sus diferentes civilizaciones o manifestaciones. Pudo explicar de viva voz, todos los detalles, las claves, los sellos y misterios que entraña el camino de vuelta al Padre Creador, a través de su Hijo, el Cristo.
Jamas quizo recibir regalía alguna y fueron 73 obras magistrales que escribió, e infinita cantidad de conferencias públicas o privadas donde plasmó su enseñanza, donde rasgó el velo del templo, cosa que en los primeros años de la Era Cristiana no pudo hacerse, porque aun la humanidad no estaba madura para recibir estos evangelios de la Gloria del Cristo.
Formar lumisiales o puntos de luz, dar o enseñar la doctrina y al mismo tiempo ser padre de familia era una labor titánica, dura, ruda que Samael pudo cumplir equilibradamente y con acertada eficiencia.
La doctrina gnóstica explicada con la fuerza, la sabiduría y la maestría con que Samael lo hizo sobrepasa en méritos a todos sus antecesores. Budha Maytreya, mayor en estatura que Huiracocha, que la Maestra Helena Petronila Blavatzky, Krishnamurty, Paramahansa Yogananda, Papus, Leadbeter, Backtivedanta Swami Deva Pradipan y tantos otros iluminados Maestros.
La virtud de la Consciencia Objetiva y del Cocimiento Objetivo produjeron obras transcendentales como “El Matrimonio Perfecto,” “El Misterio del Áureo Florecer,” “Las Tres Montañas,” “Manual de Medicina y Magia Practica,” “Logos, Mantram, Teúrgia,” y “Pistis Sophia Develado”. Este último, libro cumbre de la sabiduría samaeliana que explica no solo la profundidad de su sabiduría, sino la grandeza y humildad del Iniciador de la Era de Acuario. Texto este que debería ser de obligatorio estudio y análisis en todas las instituciones gnósticas del mundo. Pistis Sophia es un libro presencial, en tanto que la Biblia es un libro testimonial. O sea que esta es explicada por aquella.
Gracias a Samael tuvimos en esta época, soles y estrellas del constelado universo celestial como Gargha Kuichines, Litelantes, Rabolu, que es un trono de la Justicia Divina, el Gran Jerarca Anubis Sabaoth, Lachksmy, Eughins, De Soto, Naykosoleth, Rama Isis, Thibony, Sanfragarata, Leysab, Orifiel y tantos otros que todavía no han develado sus nombres sagrados, aun sabiéndolos.
Todos esos santos y Venerables Maestros son faros potentes de la Luz del Cristo en el camino de nuestra vuelta al Padre, a todos ellos gracias por la semilla sembrada en nuestras almas y en nuestros corazones. Ojala algún día, todos podamos encarnar al Cristo y así exclamar jubilosos las primeras líneas del Himno Samaeliano:
“El Sol brilla en tu frente luminosa,
la Madre Celestial pura y hermosa,
se ha posado en tu alma y tu santuario,
Oh Samael, Supremo comandante,
Oh Maestro con alma de diamante,
Oh guerrero Iniciador de Acuario.”
Estando en visita apostólica por la mitad del mundo, escribí un poema llamado “Maestro,” que es parte de un libro titulado “Poemas de Luz y Esperanza”. Por considerarlo identificado con el aniversario del advenimiento de Samael Aun Weor y en actitud de agradecimiento, lo transcribo para nuestros hermanos.
“MAESTRO”
El Maestro es un halo de Luz
salido del Fuego Universal.
Gracias, Maestro,
eres la sal de la sabiduría
que junta azufre
con mercurio filosofal.
Eres el éter
sagrado e infinito
que me permite besar estrellas
y buscar mi sol
en el Sol.
Maestro, sol de medianoche.
Maestro sol.
Maestro luz.
Maestro fragancia divinal.
Maestro Verbo.
Heme aquí, Maestro
MARIANO JOSE HERRERA VILLERA
MAESTRO M.K.
MAESTRO M.K.
Apreciado lector (a), mucho agradecemos hacer tu donación para el sostenimiento y pago de esta noble misión de Pedagogía Espiritual. "Dando es como se recibe".
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