Causa dolor y mucha tristeza ver las escenas de muerte, de odio, destrucción y maldad que el ejército de Israel está causando a la población palestina en la estrecha franja de Gaza.
Los planes de sobrevivencia política de Benjamín Netanyahu consisten en extinguir totalmente no solo a los terroristas de Hamas, sino también a los palestinos, porque ve en ellos potenciales amenazas para la existencia pacífica de Israel.
La única estrategia del gobierno israelí para rescatar sus 136 rehenes, es la vía militar, hecho que ha causado la destrucción de 85% de la infraestructura de la franja de Gaza y sus ciudades, con saldo de más de 27.600 muertos. De los cuales el 31% son niños menores de 10 años. Además, las cifras actualizadas de la ONU, arrojan más de 60.000 heridos y mutilados. Gente sin sobrevivientes, sin hogares, sin alimento y con casi un millón de personas al borde de hambruna total.
En el propósito de rescatar sus rehenes, Israel ha cometido miles de asesinatos y ello ha despertado creciente apoyo de la comunidad internacional hacia Hamás y hacia los palestinos, que antes eran considerados como secuestrados de Hamás con su régimen de terrorismo y despotismo.
Los indiscriminados bombardeos contra la población civil han dejado claro que lo que se busca es limpieza étnica. Tierra arrasada. Sobre estos bombardeos indiscriminados, el mismo Presidente Biden ha llamado la atención.
Con respecto a ese punto específico, al gobierno israelí no le ha importado para nada que está convirtiendo en mártires a los gazaties y palestinos, y con ello dando origen a un fuerte sentimiento de apoyo y solidaridad hacia ellos, y un petreo sentimiento anti judío en todo el mundo.
Biden, como es tradicional en la política norteamericana, tiene en esta guerra un papel ambiguo. Bipolar. Por un lado apoya a Israel, que es su compinche en Medio Oriente, proporcionándole todo tipo de armas ultramodernas, y por otro lado, sostiene el 34% del Programa UNRWA que consiste en ayuda humanitaria de alimentos para los palestinos.
En conclusión, por un lado, te mando a matar, y por otro lado, te doy comida para que no te mueras. ¿Habrase visto semejante hipocresía? Creo que el Tartufo de Moliere, se quedó como inocente niño de pecho.
Ante todo ese panorama de muerte, de odio, destrucción y sangre derramada a cielo abierto y en las arenas del infernal desierto de la franja de Gaza y Palestina en general, la Comunidad Internacional permaneció silente, cómplice y permisiva, hasta que la voz compasiva del presidente de Suráfrica clamó Justicia ante la Corte Internacional y, oído que fue su clamor, la Corte emitió su sentencia el pasado viernes 26 de Enero.
No se pronunció la Corte sobre si ha habido Genocidio, pero advirtió sobre su riesgo inminente. Esa decisión jurídica, encendió la ira del Primer Ministro Netanyahu y dijo que era "Indignante esa decisión y nadie podía negarle a Israel su derecho a la defensa". No entiende este político judío ya ese derecho a la defensa se convirtió en una masacre a cielo abierto. Que el derecho a la defensa no es un patente de Corzo para emprender un nuevo Auswitch e incinerar a plena luz del día a muchos palestinos que nada tienen que ver con Hamas.
Aunque letrado en asuntos jurídicos, ignoro totalmente cuáles son los parámetros internacionales para considerar como Genocidio una acción bélica. ¿Hasta dónde se marca la raya y cuál es el número mínimo de muertos que delimita una acción bélica y cuándo se convierte en Genocidio y se activan automáticamente los Protocolos Legales para tipificarlo así?
De una cosa sí estoy plenamente convencido, y es que: Toda guerra contiene en sí misma todos los átomos y moléculas del odio, del mal y la destrucción humana. En toda guerra lo que se clama es muerte y el llamado Derecho Internacional Humanitario es una gran mentira, porque en una guerra no existe, es su primera víctima, al igual que la verdad.
El mismo día en que la Corte Internacional emitió su sentencia, el ejército israelí asesinó 174 palestinos más. Y su ministro de Defensa dijo que "esa sentencia era papel higiénico", para él.
La sentencia tuvo 6 mandatos y 2 de ellos fueron ratificados y firmados por la Jueza israelí que forma parte de los 17 Magistrados de la Corte Internacional. Pero Israel es un engreído Supra Estado que no obedece mandato de ningún organismo y con esa sangrienta venganza continúa acribillando seres humanos terroristas o no con la sola razón de que se está defendiendo.
La situación de hambruna es ahora más inminente pues debido a la participación de algunos infiltrados terroristas de Hamas en la UNRWA el día de los atentados del 7 de Octubre, los Estados que sostienen ese programa de ayuda alimentaria, le quitaron su contribución económica. Quedando así la alimentación de 2.3 millones de palestinos en el aire, lo cual pronostica una inmediata hambruna.
Es tanta la maldad que ayer viernes los colonos judíos no dejaron pasar los camiones que transportan los pocos alimentos que quedan para propiciar la hambruna colectiva de los habitantes de Gaza.
Insisto sin temor a equivocarme que, ese Israel que acribilla, asesina sin asco ni temor de Dios, no es el pueblo de Dios.
La Biblia es taxativa cuando dice el Cristo: "Por sus frutos los conoceréis".
Y también cuando expresa "Este pueblo me ama con su boca pero su corazón está lejos de mí".
Igualmente cuando el profeta Isaías dice: "Todo el día me lo he pasado extendiendo mi mano a un pueblo rebelde y contradictor".
En definitiva, me atengo a lo aprendido de mi Maestro cuando me dijo: "Hijo, el mal no se cura con el mal. Porque el mal lo que hace es agrandar el mal". Por todo lo cual, concluyo que esa guerra, aunque termine ahora, seguirá en el futuro porque el odio está arraigado en la sangre y el alma de ambos pueblos. "El que siembra vientos, cosechará tempestades". Así está escrito, y así será.
El nacimiento del Cristo en esas tierras fue una gran bendición para los israelíes, pero también una gran maldición porque jamás aceptaron su venida, y todavía están esperando un mesías...
La paz solo podrá manifestarse en el corazón humano cuando se saque de raíz el odio y la maldad. Cuando busques los caminos de Dios. Y Dios no acepta esa abominación, muerte y desolación que en su Nombre Sagrado realiza el pueblo de Israel. El verdadero pueblo de Israel, es el pueblo que practica los Misterios de la Cruz. Los Misterios del Amor que abren caminos hacia el amor hacia sí mismo, y hacia el prójimo.
Dios bendiga nuestros días sobre la tierra y su Gracia Divina permanezca en nosotros para siempre.
Amén. Amén. Amén.
MARIANO JOSÉ HERRERA V.
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