En la actual civilización existe mucha gente que se
aferra a ver lo negativo de todo lo que ocurre. La Arquitectura de la sociedad contemporánea está construida desde la
perspectiva de las cosas negativas. Desde la educación castrante y
discriminatoria, hasta la concepción del ser humano, se hacen desde el ángulo
negativo.
Pensar en
positivo tiene efectos gratificantes en el trasegar de nuestra existencia.
Uno no atrae lo
que quiere, sino lo que es.
Si piensas en
positivo, tu vida, tu alma y tus experiencias serán siempre positivas.
Si la escuela nuestra incluyera en su pedagogía,
enseñanzas para mirar los eventos desde una perspectiva positiva, si los
estudiantes desarrollaran la facultad dialéctica de ver lo bueno, de lo malo.
Entonces tendríamos una visión más objetiva, más total y más provechosa de las
experiencias que nos suceden.
Cada evento que nos ocurre tiene una connotación
positiva y otra negativa. Pero la negativa crea la resiliencia, la capacidad de
crecimiento en medio de la adversidad. De superar obstáculos. De medir nuestras
capacidades y potencialidades.
Es preciso
aclarar que la gente que ve lo positivo de las cosas, es más feliz, vive mucho
más tiempo, y con mejor calidad de vida.
Razones por las cuales es imprescindible cambiar la visión miope, dolorosa y perjudicial, hacia una actitud positiva y edificante.
Tenemos que aprender a ver la vida y las
experiencias que suceden de forma más conveniente, más total.
Los eventos malos, entendidos cabalmente, son
también portadores de una enseñanza positiva que se esconde para el profano y el
hombre vulgar de la tierra.
Solo el hombre
espiritual puede sacar provecho de los eventos desagradables o negativos,
porque él se mueve más allá de los símbolos convencionales.
El poeta Julio Flores ya lo había escrito:
“Hay rasgos de
maldad en el virtuoso.
Y hay rasgos de
bondad en el malvado.”
La persona que ve el mundo desde la perspectiva
positiva, su vida gira alrededor de lo positivo. Y empieza a llenarse de
motivos y vivencias positivas, agradables, más armoniosas. Amigos positivos.
Gente de buena vibra. Menos tóxica.
La gente que ve lo positivo, vive alegre y genera
oxitocina, dopamina, serotonina, testosterona y endorfinas que le hacen sentir
felicidad. Tranquilidad. Sentimientos de amor. De contentura consigo mismo y
con su entorno.
Hasta su
idiolecto cambia. Mejora el uso del lenguaje. Sus palabras reflejan su estado
interior de armonía, de satisfacción permanente.
El brillo de sus ojos se vuelve intenso y hasta la
turgencia de la piel cambia.
Su Psicología y su Fisiología están sincronizadas.
Por eso el organismo funciona mejor. Y las posibilidades de morbilidad
disminuyen, pues el Sistema Autoinmune se mantiene elevado.
Hay que
redimensionar esas arcaicas formas de pensar. ¡Cambiar la perspectiva es
urgente!
Todo proceso de
cambio tiene su resistencia. Por lo cual hay que desarrollar una disciplina
radical hacia lo positivo. Eso se desarrolla.
Se hace con Observación permanente sobre los juicios de la mente. Robusteciendo
la conexión con el Ser y con sus partes auto conscientes y autónomas.
Pensar en Positivo es un acto de sobrevivencia ante
el bombardeo genocida a que nos somete diariamente esta sociedad de muertos
vivientes. De zombies que perdieron hace mucho rato su capacidad de pensar y de
ser.
Que Dios nos colme de muchas bendiciones y su Divina
Gracia sea un blindaje perfecto para esta hora de tribulación y angustia.
PAX DOMINE SIT SEMPER VOBISCUM.
Amén. Amén. Amén
GNOSIS DE VANGUARDIA.
Wir danken unseren Mitlesern aus Deutschland für ihre dringende Spende, um diese geistliche Arbeit fortzusetzen. Das Land, aus dem diese Veröffentlichung herausgegeben wird, befindet sich in einer schlechten wirtschaftlichen Lage. Gott belohne dich.
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