A Dios, el poeta eterno.
Aprendí a leer
sin letras,
en Escrituras Sagradas.
Aprendí grafías
del Alma Universal
escritas
en los ojos
de los Ángeles.
Mensajes secretos
del aire,
que escribieron
los silfos y sílfides.
De los pájaros
alados,
del viento perfumado.
Del trinar mañanero,
su historia
acompasada,
del aire fresco
en las auroras
de los cuatro vientos
del cielo,
aprendí a leer.
El río murmuraba
a mis oídos
la rima
de su lírica canción.
Descubrí mensajes
de vida
en las hojas
y el aliento
de los árboles.
En el color
y la geometría de las flores,
en los frutos rojizos
en los frutos nacarinos
aprendí a leer.
En el paso de las nubes
en las salidas
y puestas de Sol
podía leer
las notas de la vida.
En la sonrisa
de los niños
en el brillo de sus ojos
podía ver
sus senderos
sus caminos.
Hablaba sin palabras
y los prados
y los árboles
conmigo platicaban.
Despertaba siempre temprano
para ver las noticias
escritas
en las páginas
de arreboles,
de nimbos
de mil colores,
jugando con el viento
en el libro
de los cielos.
Aprendí a hablar
con el silencio,
en mudas notas
de mi alma.
Aprendí a escucharme
a mí mismo,
a entrar en la eternidad
del todo y de la nada.
Vi las cataratas
de los cielos
derramando aguas
sobre la tierra mía
y en cada gota
de lluvia
las ondinas danzarinas
embriagadas de alegría.
He leído el calor
como fuego
abrasador
del Dios de abajo,
sin luz
ni resplandor.
Las piedras tienen memoria
las piedras guardan historia
de las almas
que por sus entrañas
desfilaron
hacia arriba
o hacia abajo,
memorias y recuerdos
de todo el universo.
Jamás necesité
palabras.
Mi realidad
nunca tuvo palabras.
Todo estaba ahí
y más allá.
Mi palabra
es el universo entero
que no se nombra
con garganta,
sino con la luz
del infinito negro
más allá
de la galaxia.
Aprendí a escuchar
tu sonido, Madre Tierra,
y los acertijos
de tus montañas,
el bramido
de tus entrañas,
dulce, Pacha Mama.
Leer es fácil,
pero muchos no lo saben.
Deja de mirar afuera
y concéntrate
hacia adentro.
Tienes el fuego
de tu hoguera,
el pan y el vino
viajando hacia lo eterno,
en Santo Sacramento.
Aprendí a leer
en las tablas
de lo eterno.
Lago de luz
de mi Padre Sempiterno.
Valencia, Mayo 31 de 2021.
Hora Vesperal.
MARIANO JOSÉ HERRERA VILLERA
(M.M.K.)
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