A Asun, Maestra de la Luz Divina.
La Ciencia es
un conjunto de conocimientos que han sido sistematizados, organizados,
comprobados y generalizados.
Persistentemente
hemos afirmado que hay dos tipos de ciencia: la del ojo, o ciencia
materialista, y la ciencia del Espíritu, de lo eterno, del Infinito.
La ciencia materialista ha destruido el planeta y
casi todas las especies vivientes, y ahora, hipócritamente, busca paliativos y
alternativas para corregir sus epopeyicos y tristes crímenes. La voracidad
capitalista es insaciable y no tiene límite ético, ni impedimento para sus
atrocidades.
Desconoce la ciencia las cosas que conociendo, no
puede aceptar, y por tanto, no comprende. Las cosas, los fenómenos y eventos
que no puede comprobar con equipos tecnológicos, o de laboratorio, son desconocidas.
Es decir, no aceptadas.
Ignorar algo es no conocerlo. Intencional o no.
Einstein decía que: “Todos somos ignorantes.
Lo que pasa es que no todos ignoramos las mismas cosas.”
Desconoce la ciencia cómo hicieron los mayas ese
calendario para medir el tiempo cronológico, que sólo difiere del calendario
actual en 27 segundos en todo un año.
Desconoce la ciencia, cómo fue la resurrección de
Lázaro, después de 4 días de muerto. Y también cuál fue el poder del Verbo del
Cristo para ese milagro.
Jamás conocerá la falsa ciencia, cómo se hizo la
concepción del Cristo Jesús en el vientre de María Santísima, sin intervención
de varón alguno. Y conste que, concepciones inmaculadas como esa, hay
muchísimas. Eso la ciencia lo ignora y sus argumentos son la burla, la
descalificación y la sátira.
Desconoce la ciencia, cómo Jesús realizó la
multiplicación de los panes y los peces.
Igualmente, desconoce, cómo ocurrió la resurrección
de Jesús al tercer día de su muerte de Cruz. Y por qué se cumplieron todas las
profecías que sobre él se habían hecho, con muchos siglos de anticipación.
Tampoco conoce la ciencia del ojo, cuál es el
verdadero significado de la expresión: “Y
de su herida brotaron sangre y agua...”
¿Qué es eso de
levantar la Serpiente en el desierto, cómo lo hizo Moisés?
Por qué Jesús se apareció primero a María Magdalena, y no a otra persona, y por qué le dijo: “No me toques, que aún no he subido a mi Padre.”
Desconoce la ciencia el significado de: “Puedo destruir este templo y reconstruirlo
en tres días…”
Qué significa: “En
la casa de mi Padre hay muchas moradas...”
Desconoce o ignora la ciencia la semántica
misteriosa de: “El que quiera venir en
pos de mí, deje todo lo que tiene. Tome su Cruz y sígame...”
La ciencia del
materialismo desconoce que el ser humano tiene 7 cuerpos y que esa constitución
es efecto de la arquitectura séptuple del Cristo Cósmico...
Ignora la ciencia, la fuerza de la energía sexual y
el sabio uso que podemos darle para reconciliarnos con Dios y expandir el
proyecto hombre hacia toda la Creación.
Ignora la ciencia, la Anatomía oculta del hombre y
cómo funciona la energía divina en cada órgano y en cada uno de los 7 cuerpos.
Desconoce la
ciencia oficial las 48 leyes que nos rigen en esta dimensión y su
correspondencia con los 48 cromosomas de la especie humana. Pues no son
46 cromosomas; si fueran 46, el Misterio de la Vida no sería posible. Hay dos cromosomas más que no son de
materia física y que la ciencia desconoce absolutamente.
Desconoce la ciencia el Misterio de los infinitos
milagros que han ocurrido a millones de personas en favor de su salud.
Desconoce, así mismo, la influencia y el poder de
los 4 Elementos sobre la vida y sobre el mundo conductual.
Ignora que cada elemento tiene seres conscientes e
infradimendionales, que los habitan y que están al servicio de los Reyes de la
Creación para servirles en todo lo que les sea posible.
Totalmente ignora la ciencia, el poder del Verbo cristificado sobre muchísimos aspectos de la Creación: el agua, la lluvia, el viento, el calor, el fuego, la flora, la fauna, la salud humana e infinitas cosas más.
El poder mágico
de los Mantrams sobre todos los aspectos de la Creación, incluyendo al hombre,
es ignorado por la ciencia.
Ignora la ciencia que los Maestros de la Luz Divina,
sanan y curan solamente con la palabra de su boca.
La ciencia del
ojo ignora que hemos tenido 7 razas sobre el planeta tierra y que la actual, está
a pocos años de desaparecer.
La ciencia sabe que Infinito por Infinito, da
Infinito, pero ignora quién es el Infinito y el Padre de todos los Infinitos.
Desconoce la ciencia que, la Cruz es la génesis de
toda vida. Y que sin la Cruz no es posible la Redención y superación espiritual
del ser humano.
Tampoco conoce
la ciencia que dentro del astro luminoso que llamamos Sol, existe una ciudad de
Seres de Luz Divina, que constituyen el Círculo Consciente de la Humanidad
Solar. A eso le llamaron los
griegos la Heliópolis Celestial y
los hebreos, la Jerusalén de arriba, la
Patria del Espíritu. Queda entonces preguntarnos, ¿cómo supieron de su existencia las antiguas civilizaciones?
Desconocen los sabios de la ciencia materialista
que, el verdadero hombre es aquel que
tiene cristalizados los Tres Cuerpos Solares: astral, mental y causal,
debidamente cristificados y construidos con la energía del Espíritu Santo y
que con ellos, el Hombre-Espiritu puede
desplazarse hasta los confines más lejanos de esta Galaxia.
Ignora la ciencia que este cuerpo físico lo podemos
meter a voluntad en el Hiperespacio y hacerlo invisible a los ojos humanos.
Podemos meterlo al mundo de Jinas en un solo instante.
Sabe mucho la ciencia sobre el ADN físico, pero desconoce totalmente el ADN espiritual y los Códigos Conscientivos y Genéticos del alma. Por ello, también ignora que la imagen del ADN físico, reproducida ad Infinitum, es el mismísimo Árbol de la Vida, en el cual están escritos los nombres de todos los que tienen Vida Eterna.
Ignora la ciencia que tenemos 108 existencias y que
los Maestros de la Luz Divina tienen el poder de encarnar y desencarnar a
voluntad, y volver a tomar cuerpo físico en cualquier geografía de la tierra,
donde a bien tengan.
Desconoce la ciencia que en el organismo humano existen 7 tipos de energía, de las cuales la más
sublime, sutil e inteligente es la energía sexual, que tiene la virtud de
reproducir la especie y de elevar al hombre a dimensiones Cósmicas totalmente
superiores a este mundo tridimensional.
Más allá del fenómeno físico de la combustión, y de
la necesidad de Oxígeno para producirla, la ciencia desconoce absolutamente los
Misterios del Fuego, y mucho menos, los Misterios de la Luz, en los cuales
nosotros existimos, nos movemos y somos.
Justamente, porque la ciencia anda en tinieblas es
que está destruyendo toda la Creación, y con ello terminará acabando con la
actual civilización humana. Permanece vigente para todos, la frase de un gran prócer
americano, cuando dijo: “Moral y luces
son nuestras primeras necesidades.”
A la ciencia le faltan luces. Está ciega, y se ha
convertido en “ciega guía de ciegos”,
como dijera el Divino Samael.
Que Dios Misericordioso y Bueno, bendiga nuestro
Verbo, Nuestro Aliento de Vida, y nos ayude a crecer en Fe, en Espíritu y en
Verdad, de la mano de su Divina Gracia.
Amén. Amén. Amén.
GNOSIS DE VANGUARDIA
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