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La Gnosis es el resultado del despertar de la consciencia. Es un mecanismo natural de la consciencia despierta. La Gnosis es la ciencia del alma humana cuando el fuego sagrado la ha fecundado y llenado de eternidad; es decir, que la Gnosis es el seno fecundo por donde todo avanza hacia la inmortalidad. En conclusión, la Gnosis es el fruto sagrado de la Santísima Cruz cuando ha nacido en ella la Rosa Santa de la esperanza y de la Fe que es el Cristo, el Quinto Elemento, el éter de Vida eterna, vida física y vida en abundancia. Por lo cual, los tres enigmas del tiempo se resumen en este corolario supremo: Sin Gnosis es imposible nuestro sueño de grandeza y se aborta para siempre el plan de Prometeo de conquistar el fuego sagrado de los Dioses para que libere la raza humana.
La Gnosis es la sabiduría de todo cuanto existe. Es el eterno conocimiento y Ciencia sobre los cuales se fundamenta todo el Universo y por los que todo marcha, todo se mueve, todo funciona o deja de funcionar. La Gnosis es anterior al cristianismo histórico, pero no al Cristo, porque este y aquella son Uno solo.
La Gnosis es el conocimiento de lo eterno que le faltó a Ícaro para que sus alas no se derritieran en su intento de volar hacia la Heliópolis celestial, hacia la Jerusalén de arriba, la Patria del Espíritu, como la llamó Pablo, el gran apóstol de la cristiandad. La Gnosis es el puente sagrado que nos conecta con el Todo, es la manera científica e inequívoca de subir peldaños en la escalera mágica de Jacob, el patriarca de las 12 tribus de Israel, al cual pertenecemos todos los seres humanos.
Afirmamos en el primer párrafo de este artículo que: “Sin Gnosis es imposible nuestro sueño de grandeza, de gloria y se aborta el plan de Prometeo. . .” estas palabras anteriores contienen el Misterio de la muerte y del nacimiento segundo, del cual habló el Cristo a Nicodemus en el capítulo 3 del evangelio de Juan. Imposible totalmente el sueño de gloria o de eternidad, si no se nace del agua y del fuego. Imposible todo ese sueño si no se muere psicológicamente en defectos, si no se sacan los mercaderes del templo con el látigo de la voluntad y en el trabajo de la Cruz tántrica con todos sus rigurosos protocolos sagrados. Ahora y por tanto, responsable y certeramente digo que tenemos que practicar la ciencia del amor, la verdadera doctrina del Cristo, sin cuya práctica nadie será digno del Reino de la Luz, por lo cual le será negado todo avance y progreso en el plano espiritual.
Causa mucha preocupación que alto porcentaje de hermanos gnósticos permanezcan largo tiempo o toda su vida sin parejas, ausentes y desinteresados en las prácticas tántricas que producen el mágico licor de la sabiduría espiritual, con el cual Dionisos-Cristo sazona todos los frutos de la primavera del alma y escribe las epopeyas sagradas de la vid.
El persistente desanimo o desinterés en las prácticas teotihuacanas del amor del Cristo, se debe a la falta de formación, la ignorancia de algunos estudiantes gnósticos, y a los mitos y tabúes que persisten sobre el sexo. Porque en muchos estudiantes se valora, o se tiene más en cuenta los transitorios cánones sociales, la chequera, los intereses materiales y la falsa moral, que los prodigios y beneficios espirituales que conlleva la formación de parejas con fines transcendentales para cumplir el plan divino. Pero esa es la “Puerta estrecha. La roca de tropiezo”, contra la cual muchos chocaran y quedaran excluidos o autoexcluidos del Reino celestial e inexorablemente irán al abismo, a las dimensiones inferiores donde solo se oye el llanto y el crujir de dientes. Porque en ley y en justicia se aplicará la sentencia del Cristo cuando dijo: “El hombre que conoce mis enseñanzas y no las practica, más le valdría no haber nacido.”
Resulta preocupante que muchas instituciones gnósticas o grupos de instructores concentren sus esfuerzos publicitarios o de primeras cámaras en atraer personas prometiendo cosas intangibles como el mundo astral, misterios de la vida y de la muerte, mundo de jinas, la reencarnación, las 48 leyes que nos rigen, el Árbol Sephirotico, los 7 Cosmos, los 7 chacras y sus 7 poderes, las Iniciaciones Mayores, la vocalización y tantas otras cosas y temas en los cuales el discipulado no ve resultados inmediatos o de su urgente necesidad.
He llamado intangibles a los temas anteriores no porque para nosotros no sean reales, verdaderos y necesarios, sino porque el hombre común de la calle, no los percibe en su justa dimensión o porque para él es más importante y apremiante el ámbito donde se desarrolla y sus circunstancias, que aquellos temas o aspectos que no puede mensurar con el ojo de su ceguera espiritual. Ante todo lo cual, hay que redimensionar estrategias metodológicas, ubicarnos en el sitio de la gente común y corriente y preguntarnos: “¿Para qué sirve la Gnosis?
Totalmente necesario demostrar la utilidad de la Gnosis en una civilización suicida, perversa, aberrada, sin ningún escrúpulo, sin límite ético, sin valores elementales ni mucho menos transcendentales, con un capitalismo brutal, insensible y demencial que vende hasta el alma de los que no han nacido.
Ante todo lo cual, resulta necesario, urgente demostrar que la Gnosis no sirve para ir al mercado, como me dijo un amigo marroquí en Estados Unidos, pero si sirve para estar en paz consigo mismo y con el Universo entero. No se trata, hermanos, de creernos unos súper héroes, ni de entrar a valorar las cosas únicamente con la filosofía de William James en el pragmatismo norteamericano. No. Se trata de convencer eficazmente que la Gnosis es la experiencia espiritual que nos otorga el bautismo de la sabiduría operando en nosotros la transformación hacia verdaderos seres humanos, haciéndonos más sanos de cuerpo y de alma. Mejores padres, mejores madres, mejores hijos, mejores hermanos, mejores esposos, mejores trabajadores, mejores ciudadanos de una patria universal, en vez de la mezquina y amurallada frontera nacional.
Con la Gnosis somos mejores profesionales porque nace en nosotros una ética supra humana que traspasa las fronteras de lo material y nos hace cumplidores del verso del poeta hindú Rabindranath Tagore, cuando escribió:
“Señor, haz mi vida recta como una caña,
Para que tú la soples con el viento de tu Espíritu.”
La Gnosis nos enseña a reír cuando los demás lloran. Nos enseña a compartir en un mundo de mezquindades. Nos enseña a navegar con calma en los tormentosos mares de la vida. Nos enseña a ver los horizontes con Fe y mirada de almirante. Nos proclama como herederos de lo eterno y nos hace coherederos con Cristo de las riquezas infinitas del Padre Creador. ¿Para qué sirve la Gnosis? Para reconciliarnos con el Altísimo, después de tantas rebeldías, de tantas transgresiones. Después de despreciar y desgastar los capitales y las bondades de la casa de Dios y marcharnos como el hijo prodigo a cebar cerdos y comer en su propio estercolero.
La Gnosis nos enseña a transformar el lodo de la tierra en substancia espiritual. Nos enseña a sumergirnos en las profundas reconditeces de nuestro Ser y conocer la Antropología y la Fisiología del microcosmos hombre y fusionarlo con el Macrocosmos universal para cumplir la Ciencia de Hermes Trismegisto cuando nos dijo: “Como es arriba, es abajo.”
La Gnosis nos enseña a vivir en la espiral de la vida, con sus subidas y bajadas sin perder la paz, la cordura y el equilibrio emocional. Nos enseña a ser guías y conductores de pueblos, como Moisés, para que preparados nuestro Espíritu y nuestras almas podamos pasar el Mar Rojo sin peligro, y así liberarnos de las pasiones lujuriosas que convierten al hombre en vil esclavo de sus propias concupiscencias.
La Gnosis es libre como los 4 vientos celestiales y no está encriptada, ni sujeta al cerrado circulo de seguidores de personas, socios o miembros de grupos omnipotentes, de fanáticos irredentos que quieren meter entre 4 paredes esta Ciencia del Universo entero. Fanáticos que quieren convertirla en una más de las 4.200 religiones que hay en el mundo. No. Eso no es Gnosis, es fanatismo, es colonialismo imperial de clanes dominadores que solo quieren saciar su hambre y sed de poder, de dominación.
La Gnosis es la sabiduría que se practicó entre los egipcios, cristianos, templarios, celtas, griegos, hindúes, chinos, taoístas, mayas, nahuales, aztecas, incas, chibchas, rosacruces, masones antiguos. Todas las civilizaciones que han existido sobre la tierra han explorado y trajinado los caminos del gnosticismo.
Durante todas las Edades hemos sido y somos recipiendiarios de las claves de la cuadratura del círculo y del movimiento perpetuo. Poseemos los secretos de los Dragones del Fuego de la Sabiduría china. Conocemos las metáforas y alegorías que rodean todos los Misterios y nos movemos en ellos guardando bajo juramento sagrado no caer en las maldiciones de la Diosa Eskato Bebeloy, por profanar sus secretos.
Somos viñadores de la vid del Señor y producimos el vino de vida eterna que consumimos en la copa de la inmortalidad. Cuidamos los huertos donde se siembra la fragante Rosa que exhala el aroma de lo eterno. Sencillamente, somos hombres con anhelos de eternidad, con anhelos de vestiduras solares y de mitra nueva. Estamos llamados a ser Sacerdotes y Reyes de toda la Creación. Sacerdotes para bendecir y Reyes para gobernar. Alabado y bendecido sea Dios, en todos sus Nombres, en todos sus Ángeles, en todos sus Santos, en todas sus formas y manifestaciones. Ahora podemos hacerlo porque por la Gnosis sabemos que, al alabarlo y bendecirlo a Él, nos alabamos y bendecimos a nosotros mismos, porque no estamos separados. Simplemente, somos parte de Él. Ahora sabrán nuestros lectores: ¿Para qué sirve la Gnosis?
MARIANO JOSÉ HERRERA VILLERA
MAESTRO M.K.
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