jueves, 4 de noviembre de 2021

ALMAS MUERTAS

En la siguiente dimensión, entré consciente a un pueblo de gente extraña. De color cobrizo y piel untada de un polvo amarillento. Gente sin brillo en los ojos y sin mirada fija, ni amplia.

Es un pueblo entero donde la gente deambula de un lado a otro como zombies, como masas vivientes, o como semovientes, que no tienen apuros, que carecen de norte y de sentido.

La mayoría son mudos, o no les gusta platicar con nadie. Por lo menos, conmigo ninguno profirió palabra alguna. Nadie fijó sus bermejos ojos en mí.

Calles polvorientas y resquebrajadas, pues la lluvia se había tomado vacaciones de muchos años. Hurgar una gota de agua en esa tierra llena de escoriaciones y quebraduras, era tarea de Titanes, y ellos no lo eran. Así que la sed y el hambre agobiaban a esos seres que no sé si eran humanos, o restos de antiguas civilizaciones cósmicas, que se habían anquilosado en el tiempo.

Las calles y casas eran obscuras, o emergía de ellas un claroscuro medieval, que no permitía ver con claridad los detalles de su arquitectura de sombras y angustias coleccionadas en el tiempo.

No había Sol en ese pueblo, y a sus habitantes, los tenues destellos del astro Rey, que en ocasiones asomaban desde lo alto, les causaban úlceras o pustulas, que con el desaseo y el polvo bermejo sobre sus cuerpos hacía insufrible e incurable su dolor.

Sin embargo, como en secreta cofradía, nadie se quejaba. Era como un acuerdo sin palabras. Que pretendía aceptar sus culpas sin quejas ni protestas.

Los niños parecían viejos milenarios, de piel casposa y reseca. De arrugas en serie. No vi mujeres en cinta. Tal vez porque ese no era sitio para el amor, o los hombres se habían vuelto impotentes, o desinteresados en sus antiguas fornicaciones y aberraciones.

Las latitudes de ese pueblo no puedo decirlas, porque aún estando en la vecina dimensión, muchos irreverentes habrían osado buscarlo para comprobar lo aquí narrado.

Cada lunes, los habitantes se reunían en grande y obscuro círculo para adorar a la luna negra, la de las grandes aberraciones y abominaciones. La gran causante de su dolor.

A la causante de la muerte de sus almas, adoraban en extraño rito.

Se tomaban de las manos, y sin ningún guía, bailaban un paso adelante y otro atrás y cantaban extraños sonidos guturales.

No puedo decir si ese ritual nocturno era bueno o malo. Pero era a la luna negra. Y creo que sus guturaciones eran como:

TOO BHI GAGA

TOO WA TZINAGAN

Que entendí era algo parecido a lo que nosotros pronunciamos en la arena romana, cuando enfrentamos a leones hambrientos y feroces gladiadores, y obligados teníamos que gritar:

“Salve, César, los que vamos a morir te saludan.”

Después, el círculo se desintegraba, y todos en silencio, caminaban en fila india hacia un desfiladero donde había un mar de candelas, que eran manejadas como volcanes, y a cuyo mando y potestad, había dos Arcontes, de cuya crueldad había escuchado antes. Eran Ariel y Yaldabaoth.

Ellos estaban allí para cumplir su cósmica misión. Para castigar, que es lo único que saben hacer. Si es que ese castigo cruel que desintegra almas ayuda a mantener el Orden Cósmico.

Comprendí con llanto en los ojos, la necesidad de aferrarme cada vez más a mi Madre Divina y a mi Cristo Íntimo. Comprendí la necesidad de practicar la sabiduría antes que saberla de labios.

Comprendí que aquellas de ese pueblo, eran almas muertas y que los Arcontes les aplicaban la horrible y cruel muerte segunda.

En medio de mi llanto y mi dolor, escuché una voz de arriba que me dijo:

“¡Sal de ahí. Eso no es para ti. Era solo para que seas testigo!”

Apenado y con piel de gallinas, me reincorporé al mundo de tres dimensiones, dando gracias a mi Padre y a mi Madre Divina.

Dios nos acompañe en todo momento y nos ayude a permanecer en el camino de su luz, de su amor y de su Divina Gracia.

OM TAT SAT TAN

GNOSIS DE VANGUARDIA.

 

3 comentarios:

  1. Muy bueno el escrito solo no me gustaron los dibujos. Como si la muerte fuese lo mas feo o terrible que sucede. Cuando ee pronto hay almas que van a un paraiso o una dimension de donde muchas almas no quieren regresar. El morir es pasar de un estado fisico a lo espiritual.y donde vamos a descubrir otra parte de nuestra existencia que en lo terrenal no se ve.esto esto es muy extenso para disernirlo por este canal.

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    1. Gracias por leer y comentar.
      En el caso del relato publicado, se trata de la muerte segunda, que es la muerte o destrucción del alma. No sé trata de la muerte física.
      Gracias por su comentario.

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  2. Muy bueno el articulo y espeluznante a la vez, tal vez la imágenes me impactan pero, nada mejor que estar en le camino de la luz. debemos ser fuertes para no caer al abismo y doy gracias a Dios por llevarme siempre por el camino correcto. 🙏 Paz universal

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