jueves, 11 de noviembre de 2021

Bendición del Universo

Lo que se siembra es lo que se cosecha. Y dando es como se recibe, son dos preceptos que contienen el principio de reciprocidad.

El siguiente trabajo espiritual sirve para superar la Noche Cósmica o estados de entropía, de pasividad, de atraso que pueden ocurrir al aspirante del sendero de la Luz.

Imagínate, nosotros que somos nada, bendiciendo al Universo entero y a todos sus miembros, y después, rogarle al mismo Universo que nos devuelva esas bendiciones y que ellas se conviertan en:

Luz.

Amor.

Vida.

Libertad.

Y Triunfo.

Nada más piensa en los millones y millones de bendiciones de toda la Creación para ti. Es algo maravilloso. Es crecer cada día con la Fuerza y el Amor de Nut y de Nuit, la Divina Madre.

Apréndete la Oración de la Noche Cósmica y estudia en ella el Misterio del Príncipe Moreno, que es la otra cara del Cristo y recibe su ayuda y sabiduría para triunfar en los Caminos de la Gracia Divina.

Si gustas, medita en la profunda sabiduría de esta Oración y en tu transformación, en el Salto Cuántico que darás cuando practiques con disciplina y mucha fe este trabajo.

Quienes estén practicando la transmutación de sus energías con la verdadera Atanor, verán prodigios.

La práctica hace al Maestro, pero son las buenas prácticas. Esta es una de ellas.

Saludos y bendiciones del Altísimo.

Amén. Amén. Amén.

ORACIÓN PARA LA NOCHE CÓSMICA

La noche cósmica es un proceso de atraso, de entropía, de pasividad que vive casi todo aspirante en su camino iniciático. Las enseñanzas y prácticas de este video sirven para sacar al aspirante de ese bajón espiritual y volver a elevarlo al supremo dinamismo del universo, de la mano de Nuit, la Divina Madre Celestial.

ORACIÓN

Gran luz de la noche que llenas todo el Cosmos, fluye plenamente en el centro de mi cerebro, dirige las olas de luz desde mi cabeza hasta los pies, llena todo mi cuerpo. ¡Oh Espíritu de vida! Ve la flor que brilla en medio de la noche, ¡Oh Príncipe Moreno!, y traza un círculo de protección alrededor mío. Utiliza tu fórmula de Sabiduría oculta en los misterios de la noche y libérame de las cadenas de las tinieblas.

-- SIN ARU, ahora a ti te doy mil gracias porque me impulsas al sendero de la Luz. Luz a ti, Luz a mí, Vida a ti, Vida a mí, Sol puedes ser, Sol puedo ser en el cielo de arriba.

BA EM AUSAR.


GNOSIS DE VANGUARDIA

 

jueves, 4 de noviembre de 2021

ALMAS MUERTAS

En la siguiente dimensión, entré consciente a un pueblo de gente extraña. De color cobrizo y piel untada de un polvo amarillento. Gente sin brillo en los ojos y sin mirada fija, ni amplia.

Es un pueblo entero donde la gente deambula de un lado a otro como zombies, como masas vivientes, o como semovientes, que no tienen apuros, que carecen de norte y de sentido.

La mayoría son mudos, o no les gusta platicar con nadie. Por lo menos, conmigo ninguno profirió palabra alguna. Nadie fijó sus bermejos ojos en mí.

Calles polvorientas y resquebrajadas, pues la lluvia se había tomado vacaciones de muchos años. Hurgar una gota de agua en esa tierra llena de escoriaciones y quebraduras, era tarea de Titanes, y ellos no lo eran. Así que la sed y el hambre agobiaban a esos seres que no sé si eran humanos, o restos de antiguas civilizaciones cósmicas, que se habían anquilosado en el tiempo.

Las calles y casas eran obscuras, o emergía de ellas un claroscuro medieval, que no permitía ver con claridad los detalles de su arquitectura de sombras y angustias coleccionadas en el tiempo.

No había Sol en ese pueblo, y a sus habitantes, los tenues destellos del astro Rey, que en ocasiones asomaban desde lo alto, les causaban úlceras o pustulas, que con el desaseo y el polvo bermejo sobre sus cuerpos hacía insufrible e incurable su dolor.

Sin embargo, como en secreta cofradía, nadie se quejaba. Era como un acuerdo sin palabras. Que pretendía aceptar sus culpas sin quejas ni protestas.

Los niños parecían viejos milenarios, de piel casposa y reseca. De arrugas en serie. No vi mujeres en cinta. Tal vez porque ese no era sitio para el amor, o los hombres se habían vuelto impotentes, o desinteresados en sus antiguas fornicaciones y aberraciones.

Las latitudes de ese pueblo no puedo decirlas, porque aún estando en la vecina dimensión, muchos irreverentes habrían osado buscarlo para comprobar lo aquí narrado.

Cada lunes, los habitantes se reunían en grande y obscuro círculo para adorar a la luna negra, la de las grandes aberraciones y abominaciones. La gran causante de su dolor.

A la causante de la muerte de sus almas, adoraban en extraño rito.

Se tomaban de las manos, y sin ningún guía, bailaban un paso adelante y otro atrás y cantaban extraños sonidos guturales.

No puedo decir si ese ritual nocturno era bueno o malo. Pero era a la luna negra. Y creo que sus guturaciones eran como:

TOO BHI GAGA

TOO WA TZINAGAN

Que entendí era algo parecido a lo que nosotros pronunciamos en la arena romana, cuando enfrentamos a leones hambrientos y feroces gladiadores, y obligados teníamos que gritar:

“Salve, César, los que vamos a morir te saludan.”

Después, el círculo se desintegraba, y todos en silencio, caminaban en fila india hacia un desfiladero donde había un mar de candelas, que eran manejadas como volcanes, y a cuyo mando y potestad, había dos Arcontes, de cuya crueldad había escuchado antes. Eran Ariel y Yaldabaoth.

Ellos estaban allí para cumplir su cósmica misión. Para castigar, que es lo único que saben hacer. Si es que ese castigo cruel que desintegra almas ayuda a mantener el Orden Cósmico.

Comprendí con llanto en los ojos, la necesidad de aferrarme cada vez más a mi Madre Divina y a mi Cristo Íntimo. Comprendí la necesidad de practicar la sabiduría antes que saberla de labios.

Comprendí que aquellas de ese pueblo, eran almas muertas y que los Arcontes les aplicaban la horrible y cruel muerte segunda.

En medio de mi llanto y mi dolor, escuché una voz de arriba que me dijo:

“¡Sal de ahí. Eso no es para ti. Era solo para que seas testigo!”

Apenado y con piel de gallinas, me reincorporé al mundo de tres dimensiones, dando gracias a mi Padre y a mi Madre Divina.

Dios nos acompañe en todo momento y nos ayude a permanecer en el camino de su luz, de su amor y de su Divina Gracia.

OM TAT SAT TAN

GNOSIS DE VANGUARDIA.