Al alma de Xora,
vestal azteca.
La voz del
Maestro es la voz de tu Sacratísimo Cristo Íntimo que te habla desde las
profundidades de tu Ser.
La voz que solo puedes escuchar en la armonía del
silencio. Al amparo de su diapasón, para que afines tu oído. Tu instrumento.
El Maestro es el
que todo lo tiene y todo lo sustenta. Es el Sol de medianoche que te alumbrará
en la obscura travesía por esta vida.
Para escuchar la voz del Maestro debes sintonizarte
con él. Buscar su bendición, su magnetismo, sus caminos. Es imposible conocer
al Cristo y no seguirlo.
El Maestro podría hablarte y tú tal vez, no escuchas
su voz. Su voz solo se escucha con el oído interno, con el radar del corazón.
De hablarte nunca se cansará tu Maestro. Te habla
con la voz de Dios que emana de lo alto. Te habla con los ojos diamantinos de
tu Madre Divina. Te habla con la voz de tu Ángel de la Guarda. Te habla cuando
estás dormido. Te habla con los ojos moribundos del Cristo crucificado en tus
abismos.
Te habla con el primer rayo de luz en la aurora
sonrosada de cada amanecer.
Con las flores de la primavera. Con el rocío del
otoño, te habla la voz del Maestro.
Con el fuego,
con el aire, con el agua y con la tierra, con el éter infinito, te ha hablado
tu Maestro. Desde la niñez del alma.
El Maestro real y verdadero es hijo de Nut, la
Virgen Santísima, la Divina Madre. Él ha cumplido la Teúrgia Santa del
Nacimiento Segundo y ha sacado luz de las tinieblas y los más profundos
abismos, para que tú crezcas y te desarrolles.
El Maestro eres tú mismo cuando te hayas despojado de tus harapos y te hayas vestido con túnica blanca y te calces las sandalias osirianas.
El Maestro es aclamado, el Maestro es negado y
traicionado, pero siempre sigue siendo el Maestro. Veamos:
-- Pedro, ¿Tú me
amas?
-- Sí, Señor, tú
sabes que te amo.
-- Pedro, ¿Tú me
amas?
-- Sí, Señor, tú
sabes que te amo.
-- En verdad, te
digo, que antes que el gallo cante tres veces, me habrás negado dos veces.
Pedro en este pasaje bíblico representa a la humanidad que niega al Cristo y
huye de sus palabras de eterna vida.
Las cosas que el
Maestro trabaja son para el discípulo. Maestro y discípulo son términos
recíprocos. Todo Maestro necesita sus discípulos. Al igual que todo discípulo necesita su Maestro. Así como la semilla necesita el campo fértil para
reproducirse y dar abundantes frutos, así el Maestro necesita sus discípulos. La tierra sin semilla, no podría dar frutos.
Diríase que es una simbiosis eterna. Semilla, tierra y fruto. Todo discípulo lleva en sí mismo el estigma
sagrado de su Maestro que lo impulsa en su evolución, en su camino.
El Maestro es quien te enseña, quien te habla con la
voz de Dios para disipar las tinieblas de la ignorancia, del miedo, o para
superar los obstáculos del sendero. Es el Maestro quien te da las armas para el
combate y la victoria.
Él con su amor, su
sabiduría y su experiencia de miles de años, prepara tus alas. Pero es a ti a
quien corresponde el milagro de volar.
El Maestro no pertenece a ninguna congregación, pero
su esencia está en todas ellas.
La Maestría desde su primer grado hasta el último, es un proceso de infinitas purificaciones y de sutilización energética del mundo electrónico o celestial, que impacta y modifica todos los aspectos de la naturaleza inferior o infierno, y los transforma en naturaleza superior o celestial. Atendiendo así al principio eterno de que “La energía ni se crea, ni se destruye, sino que se transforma.”
Todos esos procesos los vive el Maestro para
construir un Verbo de Fuego. Esa es la voz del Maestro.
Recuerdo que hace 40 años vi al Maestro Gargha
Kuichines curando a una hermana gnóstica que estaba llorando por dolores en su
vientre. Yo la traje a presencia del Maestro y él, delante de todos nosotros la
curó diciendo: “Por el poder del
Verbo...” y añadió otras palabras más. Y nuestra hermana sanó de inmediato.
Y yo me dije murmurando: “¡Ay Dios! ¡Este
Maestro no cura por el poder del Cristo, sino por el poder del Verbo...!”
En aquellos lejanos tiempos yo desconocía que el Poder del Cristo es el Poder
del Verbo... Al fin y al cabo, todo discípulo está siempre atento para criticar
y juzgar la Voz del Maestro.
El Espíritu
Santo es la Vida. Todos somos hijos de la vida. El Maestro es también hijo del Espíritu y de la
vida misma. Porque conoce los Misterios de la Vida y de la Muerte, o
transformación de todo, la voz del Maestro te habla y con dulces palabras de su
corazón, y te dice:
La meditación es
el pan del sabio... Haz de tu vida una constante meditación y una constante
oración.
El silencio
interior es el Reino del que es, el que vive y ve. Tú debes realizarlo en tu
corazón, en tu alma y en tu mente, para que seas, vivas y veas.
La voz que arrulla al viento, canta a tu corazón. Yo
soy el que no duerme cuidando tus sueños. Soy tu ilusión de vida, hablándote
desde la eternidad.
Te he dado mi
amor. Te he dado mi paz. Y me has devuelto la guerra y el desengaño. ¿Hasta
cuándo, hijo mío, habrás de contristarme?
Cada día es una
hoja en blanco. Procura escribir sin errores, firme y legible.
Busca un sitio de la Creación, y ubícate en el lugar correcto.
Quien da,
recibe. Y entre más da, más recibe.
El que ayuda a un Maestro, recompensa de Maestro recibirá. El que ayuda a un
Profeta, recompensa de Profeta recibirá. Y el que ayuda a Dios, Dios le dará su
bendición y su Divina Gracia le acompañará hasta más allá de sus días sobre la
tierra.
Dios no está
lejos de ti. Recuerda que tú eres su templo viviente.
El amor, a
veces, avasalla a la razón, y sin embargo, es la razón de todo lo existente.
La puerta que se cierra, no solo se cierra para los
de afuera, sino también para los que quedan dentro.
Hasta donde alcance tu conocimiento de ti mismo,
hasta allí alcanzará tu conocimiento de Dios.
Enamórate del plan divino. Practica la eliminación
de tus defectos, la magia tántrica blanca y sacrifícate en favor de la
humanidad.
Dios no quiere
que el malvado muera, sino que se arrepienta y viva.
Véncete a ti mismo, y vencerás al mundo.
El principal
enemigo de ti mismo, eres tú. Porque te justificas y no quieres avanzar y
construir el hombre nuevo. El celestial.
Recuerda que, quien mide tus merecimientos para
entrar al Reino de los cielos es tu propio demonio interior, al cual debes
someter, vencer y transformar en polvareda cósmica.
Sin amor ninguna
Iniciación es posible. La gente quiere la Iniciación, pero detesta
practicar el amor con pureza y castidad.
El amor te hace ver la vida desde la perspectiva de
la paz de la Consciencia, de la armonía con la Creación, y con la plena
felicidad. Solo puede dar amor quien
tiene amor. Ama y amate. Dios es amor.
De la luminosa Liturgia Tertii Milleni,
transcribimos partes del Ritual del Gran Espíritu:
-- Salve, Padre mío, en este cáliz que posa sobre mi
cabeza recibí de Ti el rocío de tu amor, la Luz de tu Reino y la clave de la
Eternidad.
-- Si, por eso soy Sacerdote Eterno, Hijo del Padre
Bienamado, enviado de la Luz, Rey de la
Paz y Portador del Gran Mensaje. Mi Padre ha puesto en la vibración de mi voz,
la armonía de su palabra, en mi corazón la llama de su amor, y en mi frente el
sello que da la vida, o Pentagrama de la eternidad. Por eso soy su enviado,
porque ningún mortal es digno de escuchar su voz, y ningún espíritu recurrente
podrá mirarle cara a cara. Porque todo lo de abajo ha perdido su perfección, y
lo que es imperfecto, de hecho, es la negación de Dios.
-- Por eso yo me he quitado mis harapos, mis
miserias y mis defectos, para representar el camino y la vida. Yo soy el que
camina. Yo soy la Luz y la Verdad como Jesús. Yo soy el inspirado Profeta de
RAA HOOR KHU.
¡Salve. Salve. Salve!
Con sabiduría e
infinito amor te ha hablado la Voz del Maestro. Escúchala y Cúmplela.
Que Dios bueno y
misericordioso te bendiga siempre.
GNOSIS DE VANGUARDIA.
Wir danken
unseren Mitlesern aus Deutschland für ihre dringende Spende, um diese
geistliche Arbeit fortzusetzen. Das Land, aus dem diese Veröffentlichung
herausgegeben wird, befindet sich in einer schlechten wirtschaftlichen Lage. Gott
belohne dich.
Gracias Mariano por tan maravillosas palabras que inspiran a seguir la senda del Cristo cada dia. Que el cielo te colme de bendiciones.
ResponderEliminarGracias por leernos. Dios guarde sus caminos.
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