Al alma de Xora,
en momentos de tribulación.
El dinero
siempre será necesario. Tanto el físico como el espiritual. El dinero siempre
será necesario.
Sin embargo, en la hora actual, el dinero físico ha
traído a la vida del hombre demasiadas angustias. Al extremo que hemos conocido
seres humanos cuyas vidas gravitan exclusivamente alrededor de actividades que
producen dinero.
Es un demonio que seca el alma y pudre el corazón
humano. Y entre más dinero acumules, más lejos estás del Reino, pues es claro
que “Donde estén tus tesoros, allí
estará tu corazón.” La avaricia es cabeza de legión.
Admito que todos necesitamos dinero para cumplir
nuestras necesidades terrenales. Nadie puede vivir del aire. El pensamiento por
sí sólo no produce para pagar nuestras necesidades. Los grandes apóstoles, y el
mismo nazareno tuvieron que trabajar. Pablo
hacia tiendas. Pedro era pescador. Mateo recolectaba impuestos.
Trabajar es
necesario e indispensable. En todo trabajo hay un fruto. Y en todo fruto hay un
trabajo. Adam Smith, en su libro
“Teoría de la riqueza de las Naciones”,
dice que el trabajo tiene dos pagos: el físico y el espiritual.
El físico lo conoce todo el mundo, pero el
espiritual es la satisfacción que cada uno siente cuando hace algo. Sin
embargo, en el caso de los aspirantes al sendero de la luz, nosotros
sobreponemos el pago espiritual al físico, y lo valoramos más todavía. Durante todo el desarrollo de nuestras
vidas ponderamos el Espíritu sobre la materia.
Tengo un amigo aferrado como nadie al dinero.
Creo que tenía el corazón reseco y carcomido por la
avaricia y el hambre insaciable de dinero. Ese
es un demonio que habita el noveno círculo dantesco. Por esa razón los
agiotistas, usureros y prestamistas habitan tal círculo.
El ego del dinero te angustia. Te abate. Destruye
valores y virtudes de tu alma. Te llena de rabia, de envidia, de venganza. Te
mata de infarto. Te arruina la moral y declara en bancarrota tus buenas
costumbres. Y finalmente, te conduce a escenarios de violencia, homicidios y
muerte. Conozco pocos casos en que las herencias se hayan repartido sin peleas,
incluso, se pelean los bienes antes del fallecimiento de los testamentarios.
Razón tenía Honoré de Balzac cuando afirmó: “Detrás de toda gran fortuna, hay un gran crimen.”
El hambre de dinero te convierte en esclavo de ese
insaciable apetito. San Juan Crisóstomo sostenía que: “En el mundo existe la esclavitud del rico, pues el rico está al
servicio de la tiranía de su riqueza, que para él siempre es poca.”
En Timoteo, 6.8, la Biblia dice:
“Porque los que
quieren enriquecerse caen en tentación, y en lazo del demonio, y en muchas
codicias necias y dañosas que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando
algunos, se extraviaron de la fe y fueron traspasados de muchos dolores.”
En la visita a mi amigo, sus vibraciones
materialistas y monetarias me robaban mi energía, me agotaban y me
decepcionaban. Pues yo podía comprobar
la fuerza infernal de ese demonio sobre esa alma que, dormida danzaba
macabramente sobre las llamas del abismo.
Uno de los tres días que anduve por sus lares, se
paró frente a mí y con ojos desorbitados y rojizos me dijo: “Usted está muy bien, porque usted no tiene
nada. Pero tampoco tiene esta angustia. A mí el dinero me comió el corazón.”
Tal confesión asombra, pero el caso de mi amigo no
es solo de él, sino que lamentablemente se ha extendido a la mayoría de la
humanidad. La actual civilización ha destruido el planeta entero por la
voracidad capitalista. Por el hambre insaciable de dinero y de poder. No es
necesario recordar aquí los males irreversibles causados al ecosistema, la
biodiversidad, y a la vida misma.
El mundo en la
actual condición es la negación de Dios.
Por esa causa, Pablo dice en la Biblia que: “El que se hace amigo del mundo, de hace enemigo de Dios.”
La Redención y
la Liberación son dos procesos que
inevitablemente debemos experimentar para llegar a la Sabiduría. la Redención de nuestras penas y miserias humanas no
sería posible jamás sin momentos dolorosos, sin aniquilación budista, como
sabiamente lo dijo Samael.
El proceso de
Redención es súper doloroso, porque se
trata de pagar a la Sagrada Justicia las transgresiones y deudas que tenemos
acumuladas que tienen data de milenios, las cuales nos impiden llegar a
experimentar la Liberación. Éste es el proceso vivo, dinámico, diario,
permanente de soltar, de abandonar la esclavitud a que voluntariamente nos
habíamos sometido, debido a nuestro fatal sueño de Consciencia, o nuestro poco
despertar. Debido a la desconexión con nuestro Real Ser.
La Liberación es
urgente y necesaria para elevar las vibraciones de nuestra alma y ponerla a
tono con los eventos de ascensión planetaria que estamos experimentando.
Hay gente que no se libera ni siquiera de ropas
viejas. Que quieren conservar sus
harapos. De muebles y autos destartalados se vuelven esclavos. Son coleccionistas de escombros que tienen
su alma carcomida y amarrada a desechos de la vida, destruyendo las celestiales
vibraciones del alma. Todo lo cual impide el nacimiento del hombre nuevo. Del
hombre espiritual, que es el Señor de la eternidad y amo de toda la Creación.
Que Dios bendiga
nuestras vidas y nos ayude a liberar de tantas vanas ilusiones para compartir
con él, el mundo de su Gloria.
La Paz sea con todos nosotros.
Amén. Amén. Amén.
PRÁCTICA
Diariamente, coloca una vela y un vaso con agua en
el piso. Siéntate al frente. Toma respiraciones profundas por unos diez
minutos. Invoca la presencia de tu Cristo Íntimo y suplícale que te muestre las
cosas que te impiden la Redención y que te ayude a liberarte de ellas. La
súplica se hace tres veces y en ella se utiliza el mantram IAO tres veces en
cada oportunidad. Te quedas en silencio interior por unos instantes.
Recuerda que: “La
soledad es la antesala del silencio. Sólo el silencio te conecta a tu Real Ser,
que es la Verdad en ti. La Verdad liberadora”. Por eso el Cristo nos dijo: “Buscad la verdad, y ella os hará libres.”
GNOSIS DE VANGUARDIA.
Wir danken unseren Mitlesern aus Deutschland für ihre dringende Spende, um diese geistliche Arbeit fortzusetzen. Das Land, aus dem diese Veröffentlichung herausgegeben wird, befindet sich in einer schlechten wirtschaftlichen Lage. Gott belohne dich.
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