Reflexión XLIII
A los pájaros que sin tener alas aprendieron a volar.
Cuando el ser humano busca la iluminación, la luz del Cristo, su Divina Gracia y su modelo de vida, se presentan ante él, muchas tentaciones, muchas pruebas. Algunas de las cuales hacen que el aspirante fracase, y su pecado prevalezca sobre su alma, retornando así al reino de las tinieblas, del dolor y del sufrimiento.
Preciso hacer memoria y recordar que el sacerdote oficiante, en el Ritual de Consagración, pone la punta de su espada sobre el corazón del consagrante y le dice: “Este sería el castigo de tu traición, si llegaras a tal extremo.” De manera que si el aspirante no cumple su juramento, es plenamente justo que, al devolverse a su pecado, le caiga todo el peso de la Ley Divina por prevaricador.
Al comenzar el Ritual de Iniciación gnóstica, el oficiante aconseja o advierte al neófito diciéndole: “Debes despojarte de todo lo que brilla con reflejo engañoso.”
Lo que brilla con reflejo engañoso son las luminarias del mundo, el materialismo, la música urbana, el rock diabólico, el reggaetón satánico que exacerba tu bajo vientre, la moda, la droga, el sexo aberrado y fornicario, disfrazado de amor. La pornografía, los amigos y amigotes falsos que únicamente quieren tu cuerpo y tenerte esclavizado, a merced de sus instintos bestiales.
Lo que brilla con reflejo engañoso es la falsa ciencia del ojo que desafía la Majestad Divina y sus leyes. Los placeres, el magnetismo de fiestas y bacanales. La lascivia que aparece con infinitos disfraces por todas partes, para tentarte y devolverte a tu anterior mundo de pecado y abominación.
Lo que brilla con reflejo engañoso es el hambre de dinero. Los bonches, las borracheras interminables. Los combos sexuales, los tatuajes de monstruos y adornos pornográficos, que no sólo marcan tu cuerpo físico, sino que en los mundos internos te identifican y estigmatizan como seguidor de la Gran Ramera, cuyo número es el 666, o sea el número de Satanás. Esa bestia te busca y te buscará en la misma forma en que Obstinado, el demonio, persiguió a Pistis Sophia, que es tu alma, hasta la antesala del Absoluto, o sea, el Aeon Trece. Te perseguirá para que no te escapes y vuelvas a tu pecado. Para que vuelvas a tu infierno de siempre, a tus bajas infernales pasiones.
“El que no puede dejar padres, madres e hijos por seguirme a mí, no es digno de mí”, dijo el Cristo en el Evangelio de Mateo. A veces ocurre que por buscar el Reino de Dios y su justicia, la familia entera te critica, te descalifica, te persigue, se burla de tus anhelos espirituales. Y en ocasiones, para complacerlos y estar bien con ellos, sucumbes y dejas tirado todo, convirtiéndote así en un traidor para tu Cristo Íntimo, y negándote tus oportunidades de redención.
Recuerdo ahora el caso de Esaú, quien según la alegoría bíblica, cambió sus derechos de primogenitura por un plato de lentejas. Queriendo esto significar que con una sola caída, el Iniciado puede rodar al abismo. Muy cierto esto y a partir de allí, ese hermano de Jacob, lloró lágrimas de sangre y aunque buscó la bendición de Dios, jamás la consiguió. Así que estás advertido, hermano, tú que ahora dudas de las Santa Doctrina y te crees fuerte y desafías las enseñanzas de tu Maestro, que te ha amado desde la alborada del gran día cósmico.
El apóstol Pedro dice en la Biblia que: “La puerca lavada vuelve a su cieno.” Lo cual indica la grave tendencia que tiene el aspirante a regresarse a su pecado, a su propia maldad.
Para evitar esa vuelta a su antiguo pecado, el aspirante tiene que vivir intensamente en su crudo rigor las 4 “C” del apóstol Pablo.
Cuando Pablo viaja de Jerusalén a Damasco para perseguir y apresar cristianos, es derribado por un potente rayo de luz, y ya en tierra, exclama: “Adonay. Adonay!!!” Nombre Santo de Dios en idioma hebreo, que quiere decir: Dios mío. Dios mío!!! De ese hecho queda en “Conmoción” y vive así su primera “C”. Durante 3 días permanece sin comer, ni beber, según narra la Biblia en Hechos de los Apóstoles.
Posteriormente, el Cristo en Espíritu, ordena al sacerdote Ananías, a cuya casa fue llevado en Damasco, que le imponga las manos; y hecho esto, el apóstol recobra la vista y le caen de sus ojos costras como escamas. (Es decir, adquiere la clarividencia y el discernimiento superior). Aquí Pablo vive su “Conversión”, que es la segunda “C”, y de inmediato comienza su vida apostólica misional, predicando el cristianismo y según la Escritura Sagrada, se esforzaba en demostrar que Jesús era el Cristo.
Todo el daño causado al incipiente cristianismo de la época, le produce en su Consciencia un inmenso arrepentimiento. Vive entonces en su alma una terrible “Contrición”, su tercera “C”. Experimenta un intenso dolor por las acciones de su pasado, aunque nunca estuvo apartado de la ley de Moisés y era fiel cumplidor de sus preceptos. Pues en sus Epístolas afirma: “En cuanto a la ley, irreprensible”. “Hebreo de hebreos, circuncidado al octavo día. De la tribu de Benjamín...” que era la tribu que simbolizaba a los israelitas que tenían cuerpo astral cristificado.Finalmente, el apóstol experimenta su fe cristiana en su máximo esplendor. Vive la “Convicción”, su cuarta “C”, como lo define en Hebreos, 11, que es su más exaltada y profunda Epístola, al afirmar: “Es pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la “Convicción” de lo que no se ve”. El que tiene convicción de lo que no se ve, ya no tiene necesidad de ver. Simplemente está conviccionado. Tiene certeza de lo que espera.
Tan grande e imprescindible para el cristianismo fue la obra de Pablo, o Divino Maestro Hilarión, que hablándole Dios le dijo: “Te he puesto para luz a los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta los confines de la tierra.”
Aunque en la Epístola a
los Hebreos, Pablo define la fe incuestionablemente, muchas religiones han convertido
la fe en creencia. La fe no es creencia, es convicción, convencimiento
absoluto, liberación de energías.
La fe es una energía del alma, que sólo se elabora en los castos y puros de corazón, por parte del Espíritu Santo. Justamente, esa es su primera virtud, por eso dice la Biblia que: “Sin fe es imposible agradar a Dios.” Y también: “Más el justo por la fe, vivirá.”
Para no caer, para no volver a tu pecado, a tu pasado satánico, tienes que robustecer tu fe al máximo, con oración, con meditación y ayuno verdadero hasta de palabras. La meditación es el pan del sabio. Tienes que cortar todo vínculo, toda amistad, todo pensamiento que te recuerde tu pasado. Reprende tu mente y ordénale que te retire esos pensamientos. Permanece en observación-observado.
Preguntado una vez a Samael Aun Weor,
-- Maestro, ¿qué le
ocurre al que se sale de la Gnosis?
-- Se sigue saliendo, respondió.
Estamos en la época de la gran tribulación, pero también de la gran apostasía. Todo aquel que apostata de su fe, se convierte en Judas para su Maestro. Todo Judas va directo al abismo y su alma a la muerte segunda.
No desates la ira de Dios sobre tí. Dios no es un juego de creyentes, es la realidad palpitante de todo lo que existe. Si quieres, lee el Deuteronomio, en su capítulo 28, versículos del 15 al 68. Y llénate del horror de las maldiciones que Dios lanza con toda su fuerza, con toda su “ira” sobre los que desobecen sus leyes, los que abandonan sus caminos. Jamás pensé que en un libro tan sagrado como la Biblia, pudiera haber tantas y tan terribles maldiciones.
Rechazamos todos aquellos esoteristas que andan por el mundo esparciendo miedos y amenazas, nosotros queremos lo mejor para ti y para iluminar tu camino y tú Consciencia, te advertimos sobre las consecuencias de devolverte a tu pecado.
Tú estás en pleno uso de tu libre albedrío. Puedes escoger, por tanto, el sendero que te parezca. Por ello, nuestros Rituales de Primero y Segundo Grado, comienzan diciendo: “Haz lo que quieras. Esa es la única Ley, pero recuerda que de todos tus actos tendrás que dar cuenta.” Dios respeta el libre albedrío de sus creaturas, pero justamente, es el libre albedrío, el que te hace responsable ante la Justicia Divina. “Hay palomas y hay serpientes. Podéis escoger.”
Si te devuelves a tu pecado, “Todo para tí será perdido. Todo para ti será negado.”
Recuerda que: “Todos estaremos unidos contra el perjuro que quebrantare su juramento.”
Esta es la senda del filo de la navaja. No caigas en la espantosa tentación de volver a tu pecado.
Samael dijo: “La tentación es fuego, pero el triunfo sobre la tentación es luz.” Y nosotros afirmamos que quien pierde su fuego, también pierde su luz.
Jesús el Cristo dijo con Verbo Divino: “El hombre que conoce mis enseñanzas y no las práctica, más le valdría no haber nacido.” Ojo, porque esta es auténtica y verdadera palabra de Dios y se cumple en toda la Creación.
Que Dios te bendiga
siempre y te ayude a no devolverte a tu pecado. El Maestro ha cumplido ya.
Cumple tú ahora, para que recibas la Luz del Padre Eterno y sus bendiciones en
todo lo que emprendas.
Que el poder del Cristo
te ilumine.
Que el poder del Cristo
te guíe.
Que el poder del Cristo
te proteja de devolverte a tu pecado.
Amén. Amén. Amén
MARIANO JOSÉ HERRERA
VILLERA
M.K.
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