(Reflexión XXXV)
La palabra Roma es en castellano lo contrario de amor. Los buscadores de la verdad siempre hemos sabido que: “Diabolus est Deus inversus.”
El hombre, definido por la RAE, es animal sexuado. Y la sexualidad es algo que se construye toda la vida, como hombre o como mujer.
Error grave fue el cometido por Ireneo de Lyon, cuando aconsejó al Papa Eleuterio a prohibir el matrimonio de los clérigos católicos en el año 189 de la era cristiana.
La razón de esta decisión se basaba en que casándose la curia, todo el patrimonio acumulado lo heredaban sus esposas e hijos, y con la prohibición del matrimonio, esas fortunas personales pasaban a las finanzas vaticanas.
Este
atropello impide el goce sexual, pero genera los siguientes efectos vergonzosos:
1.
Aberraciones, violaciones y malignos casos de pederastia a nivel mundial.
2.
Homosexualismo desbordado y sacrílego.
3.
Desobediencia a lo ordenado en la Biblia, por Pablo Apóstol, que es el
verdadero filósofo del cristianismo, quien en su Epístola a 1Timoteo, cap. 3,
versículos del 2 al 7; establece los requisitos para ser obispos, sacerdotes y diáconos.
4.
Se imposibilita al clérigo para vivir una
vida santa, en el seno de una familia honorable y desarrollar desde allí
virtudes espirituales con su esposa legítima.
5. Con la decisión de no casarse, ni tener esposa, también se le niega al clérigo sus derechos sexuales y reproductivos. Lo cual está consagrado en todas las legislaciones del mundo.
Las consecuencias de esa prohibición agregan una serie de hechos bochornosos y desarrollan una maldición que cada día toma más fuerza en la desacreditada imagen de esa empresa eclesiástica.
El llamado Papa Emerito, Benedicto XVI, en una ocasión, cuando el caso de las violaciones sexuales contra inocentes niños de todo el mundo, tomo furor y centimetraje en los medios, dijo en una declaración cantinflérica e irresponsable: “Bueno, en eso se reconoce que esta es la iglesia de Dios, porque está siendo atacada por el diablo.”
A los Tribunales vaticanos llegan anualmente más de 800 acusaciones de pederastia, según informó una jurista española, vaticanista, entrevistada por el periodista israelí, José Levy, de CNN, en el año 2.015. Tal afirmación constituye una irrefutable prueba de ese diablo, del cual habló el anterior Papa, está enquistado, enraizado en el corazón de la curia romana. Por tanto, si tú, como autoridad eclesiástica, no lo sacas, no lo expulsas, entonces, tú eres cómplice.
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Aunque justo es reconocer que, en todo el mundo, existe un pequeño grupo de prelados católicos y dignas monjitas que han tomado en serio y con honestidad su ministerio social, y con amor y mucha filantropía, ayudan en diferentes maneras a sus semejantes. Pero ellos son minoría y no tienen capacidad de disposición sobre los bienes eclesiales, ni autonomía administrativa, por lo tanto, son vistos con celos o recelos por sus superiores, debido a su abnegada labor.
Recientemente un país suramericano promulgó una Ley de Cadena Perpetua contra los pederastas y violadores. Quiera Dios que este instrumento jurídico sirva para disuadir en ese país, a los potenciales victimarios y frene la comisión de tales aberrantes hechos.
La
Escritura Sagrada, en Hebreos, 13, 4, afirma: “Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla, pero a lo
adúlteros y fornicarios juzgará Dios.”
Si
grave y mortal es el pecado de la fornicación, cuanto más no será el de la
violación a inocentes criaturas. Y cuan podrida estará el alma de una persona
que después de cometer ese hecho aberrante, alce sus manos a Dios para
consagrar el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Nuestro Señor
Jesucristo. ¡¡¡Qué horror!!!
Esta es la razón que le lleva a Pablo a
profetizar en 2Corintios, 11. 13, 14, lo siguiente: “Porque estos son falsos
apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles del Cristo. Y
no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.”
Es
importante afirmar que la Iglesia Católica fue fundada por hombres. Que cuando
el Cristo dijo a Pedro “Tu eres Pedro, y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Jamás se refirió a la iglesia
romana. La palabra Pedro quiere decir piedra, es decir la Roca de salvación,
que es el mismo Cristo. Los misterios de la piedra viva, del VITRIOL, del INRI,
del fuego sexual.
Además, comprobado está que Pedro jamás fue Papa de Roma, porque el mismo día que llegó a esa ciudad, que en ese tiempo tenía solamente 40.000 habitantes, fue apedreado y muerto, amarrado boca abajo en una cruz.
El cristianismo es la doctrina del amor. Explicada y vivida por Cristo hasta su martirio de Cruz. Solo es cristiano aquel que tiene a Cristo como modelo de vida, que siente y vive sus enseñanzas. Aquel que busca y escudriña los misterios de su vida santa y los imita, los pone como paradigmas de su vida entera. Pero en las condiciones sacrílegas de estos siniestros personajes es totalmente imposible seguir a Cristo. Por todo lo cual, siendo el cristianismo una gran doctrina y filosofía para retornar a la casa del Padre celestial, afirmamos que: el catolicismo es una secta. Una manera de ver e interpretar el cristianismo. Y una manera muy equivocada y pecaminosa.
La
Biblia dice en 1Tesalonicenses, cap. 4. "Pues ya sabéis que instrucciones
os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación;
que os apartéis de fornicación; que cada uno sepa tener su propia esposa en
santidad y honor..."
La dirigencia católica tiene demasiados inconvenientes que hacen muy costoso en términos financieros, la decisión de obedecer el mandato bíblico de permitir el casamiento de sus prelados. Esta es la única iglesia que tiene su propio Banco, el cual antes se llamaba Banco Ambrosiano, pero con el ahorcamiento de su Presidente, Lucio Gelli, ahora fue transformado y cambiado de razón social como "Instituto para las Obras de Religión." Y es el único banco que no pide información sobre el origen de los capitales depositados en él, por lo cual ha habido comentarios de dudosa honestidad con legitimación de capitales.
Si hubiera el liderazgo y la voluntad de expulsar el demonio de la pederastia, el homosexualismo y la doble moral que azota esa institución, entonces se limpiaría un poco el pecado escandaloso que asola los altares católicos, adornados con pan de oro, con brocados y bruñidos decorados barrocos, pero repletos de pecado mortal. Sin embargo, a decir de nuestro guía espiritual: “Todas las religiones son buenas. Porque son piedras preciosas engarzadas en el hilo de oro de la divinidad.”
Creemos
que el siguiente fragmento de la Biblia, en 1Timoteo, 6,9 llama a los católicos
a una profunda y seria reflexión:
“Porque
los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias
necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición.”
“Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”
“Por sus frutos los conoceréis.”
MARIANO JOSÉ HERRERA VILLERA
M.K.
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