(Reflexión XXXVI)
Conocido es de la
comunidad mundial que cada 100 años la humanidad ha sido azotada con una
pandemia.
Con pasmosa exactitud
cronológica esas crisis de salud pública se han repetido; de manera que hubo
una terrible peste en 1.720. Hubo la epidemia del cólera en 1.820. Hubo la
gripe española, llamada así, aunque se originó en Estados Unidos. Y cuya
letalidad fue de 50 millones de personas en todo el mundo y su virus H1N1 ha
tenido rebrotes posteriores menos fuertes. Y ahora, el terrible Covid 19, que
tiene a la civilización actual en crisis total, atemorizando a todos los
habitantes del planeta.
Aún así, las anteriores
no han sido las únicas pestes, sino las que se han manifestado cada 100 años.
Pues la Historia refiere que hubo una peste en Europa en 1.348, que aniquiló a
la tercera parte de la población de la época en ese continente.
Preciso aclarar que la
idea principal de este artículo y su objetivo, no es profundizar sobre las
características y especificaciones de esas pandemias, sino que, a través de
nuestros argumentos, podamos concluir en enseñanzas que obligatoriamente
deberíamos tomar de cada uno de esos eventos.
Nada
ocurre por casualidad. Todo lo que ocurre tiene una causa. Hay causas físicas y
causas causales. A esto último los latinos llamaron “causa causorum”.
¿Para qué han servido
esas pestes?
¿Por qué su repetición
con exacta e irrefutable cronología?
¿Cuál es el mensaje que
la Cosmicidad nos está dando con estas pestes mensajeras?
¿Podría un ser humano
con consciencia dormida comprender la lingüística de esas pestes?
Todo hecho del presente
tiene repercusiones y efectos sobre el futuro. Por tanto, si queremos modificar
el futuro, tenemos que modificar lo que hacemos en el presente.
¿Por
qué esa repetición? Porque la humanidad amnésica se le olvida sacar
conclusiones, aprendizajes y corregir actitudes.
Humanidad de dura cerviz, arrogante y prepotente. Que no se doblega reverente
ante la Majestad Divina. Tal que la humanidad continúa su camino de maldad y
Dios continúa su camino de castigo aleccionador. Aquí es clarita la súplica de
David, en el Salmo 69: “Pon maldad sobre
su maldad y agóbiale los lomos.”.
Algunos sabios de
raigambre cristiana piensan que, el Universo, Dios, o la vida, te intentan dar lecciones a través
de las distintas experiencias; pero si no se aprende la lección, entonces la
experiencia es recurrente y trata de repetirse ad Infinitum, hasta que
aprendamos la lección. Y cada repetición trae mayor rigor e intensidad. Mayor
letalidad.
Evidente que el hombre
común, con Consciencia dormida, totalmente eikasiana, jamás tendrá el
discernimiento superior para descifrar los mensajes que la vida quiere darnos
con esas crisis. Escrito está que las
cosas espirituales deben comprenderse por medio del espíritu. Razón que
hallamos en la Biblia, en 1Corintios, 2.14, “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de
discernir espiritualmente”.
La
Escritura Sagrada tiene niveles y niveles. Cada uno entiende según su nivel
conscientivo. Por esa causa es que el Maestro Jesús,
después de dar su enseñanza con parábolas, siempre dice: “El que tenga entendimiento que entienda, porque aquí hay sabiduría.”.
Reflexionando, nos
preguntamos, ¿puede acaso, la humanidad
cambiar el curso de los acontecimientos actuales? Sí. No hay duda. Pero
suelto el Satanás de ese virus maligno, nos tocará volver caras y corazones
hacia Dios. Hacia su misericordia, implorar su perdón, su compasión, su
clemencia, para lo cual es indispensable arrepentirse y rectificar nuestra
conducta. Mejorar las relaciones con la Ley Divina. El Salmo 90, de Moisés es
claro cuando dice: "Vuélvete, oh
Jehová. ¿Hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos.”.
Entonces, es necesario
comprender que Dios se aplacará con sus siervos, no con toda la humanidad. Se
aplacará con todos aquellos que hayan invocado su Nombre. Pues así está dicho
por Dios en el Salmo 91 15,16
Me
invocara y yo le responderé.
Con
él estaré yo en la angustia.
Lo
librare y le glorificare.
Lo
saciare de larga vida y le mostraré mi salvación.
Escrita e inderogable
es la palabra de Dios cuando dice: “El
que se hace amigo del mundo, se hace enemigo de Dios.” Porque el mundo
material con sus luminarias, con sus atractivos fascinantes, con sus
espejismos, es la negación de Dios. Pues,
"Dios es espíritu puro, y
los que le adoren, le adorarán en Espíritu y en verdad.".
Para que se haga
realidad el clamor de Moisés de “Vuélvete,
oh Jehová...” es también necesario de parte de nosotros, un “Vuélvete, oh humanidad, hacia tu Creador.”.
Es urgente buscar de
nuevo los caminos de Dios. Buscar la santidad. “Sin santidad nadie verá el rostro del Señor.” Es necesario orar
mucho. Hacer de nuestras vidas una
constante oración, pero respaldada con un cambio de actitud.
Urgente dejar tanta
maldad, tantos defectos, tanto egoísmo. Es
inaplazable sacar los mercaderes del templo vivo, que somos nosotros mismos.
Hay que hacer bien por toneladas. A todo el mundo. Hay que buscar la forma de agradar a Dios,
justificar cada día de vida con obras buenas para los hombres y para Dios. Dios
no es el Dios de los muertos, sino el Dios de los vivos, de los que toman la
vida como un milagro divino, y la viven con alegría, con gozo supremo, con
agradecimiento hacia el Creador, hacia su obra. Cuando nos regocijamos en las
maravillas de la Creación, en la hermosura de la Naturaleza, en el canto de los
pájaros, en la sonrisa de los niños, cuando vemos la vida con fe, no hay espacios
para la depresión, ni para la tristeza.
Somos grandes, somos la
creatura más elevada de Dios Todopoderoso. Estamos a un paso de los Ángeles y “tenemos para crecer el infinito y como
límites, la eternidad”, según me dijo mi Maestro.
Ésta crisis sanitaria
ha puesto la humanidad en el propio filo de la navaja. Esta pandemia ubica a
toda la humanidad en el Arcano 6 de nuestro camino; pues para unos será
catalizador para aumentar su maldad, su concupiscencia y pecado. Mientras para
otros servirá de reflexión, de catarsis para buscar y encontrar caminos de
encuentro con Dios, con sus designios y con sus bendiciones.
Satanás está suelto y
disuelto en ese virus. Castigando a la gran ramera, que es la humanidad entera,
pero Dios está esperando a su hijo pródigo que vuelva arrepentido de sus
fornicaciones y abominaciones para brindarle el gran banquete en la casa
celestial. Y bueno es recordar que: “Hay
más alegría en los cielos por un pecador arrepentido, que por mil justos, que
no necesitan de ello.”
Únicamente para
reflexionar, transcribimos pasajes del libro de Jeremías, en sus capítulos 3 y
4. Veamos:
“Tú, pues, has
fornicado con muchos amigos; ¡mas vuélvete a mí! dice Jehová.
Y con tus fornicaciones
y con tu maldad has contaminado la tierra.
Reconoce, pues, tu
maldad, porque contra Jehová, tu Dios has prevaricado y fornicaste con los
extraños debajo de todo árbol frondoso, y no oíste mi voz, dice Jehová.
Convertíos, hijos
rebeldes... Y OS daré pastores que os apacienten con ciencia y con
inteligencia.
Si te volvieres, oh
Israel, dice Jehová, vuélvete a mí. Y si quitares de delante de mí tus
abominaciones, y no anduvieres de acá para allá, y jurares: Vive Dios, en
verdad, en juicio y en Justicia, entonces serán benditas todas las naciones en
él y en él se gloriaran."
Que sea así. Que Dios
nos bendiga y proteja siempre.
Amén. Amén. Amén.
PRÁCTICA
DIARIA HASTA QUE TERMINE LA PANDEMIA O HASTA QUE SE APLAQUE
1.
Padre Nuestro y Ave María. Cadena de Irradiar amor.
2.
Acto de contricción reconociendo nuestras faltas y errores ante Dios,
pidiéndole perdón en el Nombre del Cristo Redentor y Misericordioso.
3.
Palabras de alabanza a Dios.
4.
Oración de Moisés, varón de Dios. Salmo 90. (Se hace poniendo la mano derecha
sobre el corazón)
5.
Salmo 91 personalizado. Si tiene espada tomarla y empuñarla con la punta hacia
arriba. Al terminar exclamar: “Esta es palabra de Dios y se cumple en toda la
Creación que está bajo el Sol, en los cielos, en la tierra y en el infierno,
porque es palabra de Dios.” (Alzar la Biblia y hacer la proclamación después de
besar la página donde aparece la lectura realizada)
6.
CONJURO FINAL
Oh
Dios Todopoderoso y eterno. Dios de Isaac, Dios de Abraham, Dios de Jacob, Dios
de Moisés, Dios de la Zarza ardiente en el desierto de Horeb!!!
Te
pido que escuches los ruegos y súplicas de mi corazón.
Como
Padre de todo lo creado, te pido que lances ese virus maligno, que ahora azota
a la humanidad del planeta tierra, lánzalo al abismo, al abismo, al abismo!!! Séllalo
con 7 sellos apocalípticos, para que nunca más pueda salir de allí, de donde
proviene, a causar daño a ninguna criatura del Señor, ya que hemos sido hechos
a tu Santa imagen y semejanza.
Padre
bueno y misericordioso, te pido perdón por toda esta humanidad caduca y
degenerada, te pido perdón en el Nombre del Cristo, por el Poder del Cristo,
por la Sangre del Cristo.
Crécete,
oh Dios Todopoderoso, en gloria, en poder, en misericordia, en perdón para
todos nosotros, tus siervos en este Valle de lágrimas y escucha mi oración.
No
apartes de tí mi oración, ni de mí tu misericordia.
Por
el Primer Rayo de Luz en la Aurora del Mahamvantara !!!
Por
el Quinto Árbol de la vida eterna sembrado en el huerto del Paraíso!!!
Por
el Misterio Sagrado de las Siete Voces !!!
Por
el Poder del Cristo como Cordero Inmolado !!!
Por
el Poder de los Seres Inefables !!!
Por
el Nombre Sagrado del Cristo, Señor y Salvador nuestro !!!
Por
la Sangre del Cristo, que tiene Poder sobre toda carne !!!
Pedimos
que nosotros......... seamos protegidos contra ese virus maligno. Suplicamos
que Dios envíe a su Ángel para que nos selle con su sello protector en la
frente y en el corazón, para que ninguna plaga toque nuestras moradas. Que
venga la protección Divina para todos nosotros.
Que
se haga todo por la misericordia de Dios Todopoderoso. Que se active su
misericordia y perdón para con nosotros que hemos invocado su Santo Nombre y su
Supremo auxilio. Que se haga siempre su Santa Voluntad y no la nuestra
BAAAA EEEEMMM
AAAAAUUUUSSSAAAAARRRRR
Pronunciar
el siguiente mantram a los 4 puntos cardinales, empezando por el Este y
terminando por el Norte. Ponerse con brazos y piernas abiertas.
FAXEM OM NI MOS
Dar
gracias a Dios Todopoderoso y pedirle su bendición y protección, haciendo la
señal de la Cruz y cerrándola con el Tetragrammaton.
MARIANO JOSÉ HERRERA
VILLERA