EL SILENCIO TE HABLA

La presente civilización es la civilización del ruido. Ruido por todas partes. En las calles, con millones de autos, con motos infernales. Con miles de aviones sobrevolando los cielos. Musica estridente. Ruido en las fábricas, en los barrios donde la bulla y la parranda no terminan nunca. Como si la vida fuera un interminable carnaval.

El nivel de ruido sobrepasa los límites de decibeles y tolerancia del ser humano. De tal manera, que el hombre citadino está perdiendo la audición. Mientras el hombre de los campos y de las montañas agudiza su facultad auditiva. Incluso, puede escuchar sonidos a grandes distancias, como ocurre con algunas etnias de Australia y Nueva Zelanda.

La música se ha convertido en ruido. Ya no es Pentagramatica, sino tetragramatica. Hueca. Sin letra. Mensaje vacío. Intrascendente. Viciada de vicios. Tal vez, reflejo fiel del hombre de hoy.

Esto quiere decir que sus notas no se expresan por la Pentalfa Sagrada. No llegan al alma. Es más, este tipo de ritmos, especialmente el reggae, se produce en notas DO, las cuales repercuten en su parte correspondiente del ser humano, que es la cadera. Ahora comprenderán nuestros lectores, por qué ese tipo de música estimula la actividad sexual, las bajas pasiones o la violencia.

El Apocalipsis nos dice que: "En aquellos tiempos los hombres buscarán la muerte, más no la hallarán". Es obvio que se trata de la muerte psicológica. La transformación santa de los defectos en virtudes, que comienza en la observación, en la autorecordacion y termina en el acto sexual, en presencia de la Divina Madre Kundalini, para que previamente comprendidos sean convertidos nuestros defectos en polvareda cósmica. Esos defectos, obreros infernales que nos habían cerrado las 49 puertas de la eternidad y que nos habían quitado la dicha celestial.

Al Iniciado de hoy día le corresponde una lucha mayor que la de sus antecesores.  Puesto que la sociedad es más compleja. La bestia materialista es mayor y en estos tiempos ha parido miles de basiliscos que incrementan y dificultan nuestro trabajo psicologíco. Las estimulaciones sensoriales y los atractivos del modernismo son infinitos. Esas son las cosas que brillan con reflejo engañoso. Que ponen en riesgo hasta los escogidos, según dice el Cristo en Mateo.

Pablo, apóstol, ya nos había advertido cuando nos dijo: "El que se hace amigo del mundo, se hace enemigo de Dios."

El Iniciado moderno sufre las llamas del infierno en vida cotidiana. No desconectarse jamás del Cristo es un trabajo permanente y doloroso. Aprender a mirar hacia adentro es terriblemente cruel, pero posible.

Las minifaldas, los escotes exagerados, los cuerpos siliconados e insinuantes. La prostitución y la pornografía. El sexo fácil. Los grandes centros comerciales deslumbrantes de atractivos pasajeros. Los carros, los celulares, las redes sociales, los shows artísticos, la televisión, el cine, los deportes. La política, el comercio de todo tipo, incluidos la ética y la moral. El turismo, la familia funcional o disfuncional y las falsas doctrinas son algunas de las cosas que nos impiden escuchar la voz del silencio y navegar por los campos de la paz.

Los cristianos y los Iniciados de India y Tíbet saben que el cuerpo humano y su alma tienen una nota particular, que está siempre en sintonía con la nota del Universo en su marcha triunfal. Cuando la nota personal se desvía, se asincroniza, entonces, el ser humano se enferma,  o cae en Estados psicopatológicos. Por lo cual, para sanar al enfermo, se le coloca en medio de una sala Ritualistica y por un día completo, o más si fuere necesario,le danzan alrededor cantando mantrams en lengua sagrada, para que la salud pueda restaurarse y reconectarlo con la Nota Madre del Universo.

El Pratyara del silencio es el que mejores resultados da cuando se trata de elevar la vibración de nuestra alma. El silencio no consiste únicamente en no pronunciar palabras. Sino también en buscar la quietud de la mente. Recordemos que: "El silencio no es la ausencia de sonidos, sino la voz del alma."

Sin silencio interior, no es posible la paz interior. Cuesta desconectarse. Cuesta demasiado mantener la paz. La estabilidad emocional, más allá de la estimulación sensorial. Mirar hacia adentro. Escucharse así mismo. Refugiarse en lo íntimo, en lo profundo y desconectarse del medio ambiente físico y de la inacabable producción de pensamientos es indispensable para escuchar al principio divino, eterno de tu Ser.

Hay que meditar. Y si fuera posible hacer de la vida una permanente meditación en el silencio. En aquello que no puede describirse con humanas palabras. Meditar en todas las pequeñeces, sin dejar de conectarse con el Todo, con lo Universal. Eso que los Maestros Tibetanos llaman salir al patio y mirar la Osa Menor 

Con urgencia tenemos que trabajar como esclavos para aprender a escuchar el silencio. Nadie te lo enseñará, pero tú lo aprenderás.

Ahora bien, sería imposible escuchar el silencio, si continuamos secuestrados por nuestros defectos, con los establos de Augias, repletos del  estercolero de los animales y bestias que habitan allí. Que es, por cierto, el lugar donde debe nacer el Niño Cristo, el enviado del Padre Eterno.

Ese poco de gente que vive dentro de nuestro país psicológico, está impidiendo que seamos individuos, o sea, indivisibles. Estamos infinitamente divididos. La población de agregados en nuestro país es indeterminada. No tenemos censo de esa población. Y sin embargo, viven dentro de nos.

Nuestros antepasados siempre dijeron que: "Hay que limpiar para poder sembrar ". Y ese adagio es plenamente vigente en nuestro caso.

El silencio es el campo fértil donde se siembra la paz.

Deja que te invada el silencio. Deja que reine la paz en tu interior. Deja que el Cristo se reconcilie contigo. Debes acallar las voces de los malvados que habitan en tu país psicológico, para que hable el Rey de Reyes  y Señor de Señores. Y entonces puedas recibir el mensaje de la luz para caminar en su sendero.

Deja que el Cristo baje de la Cruz y camine contigo por doquier. Deja que todo vuelva a ser como el Verbo de Oro, cuando la palabra bastaba para crear.

Sólo el contacto con el silencio eterno, contiene el mensaje de lo eterno. Ese mensaje y esa voz transformarán tu mundo para siempre.

Abre tu corazón y tu alma, porque EL SILENCIO TE HABLA.

UNAS SEA FUERZA !!!

MARIANO JOSÉ HERRERA VILLERA
MAESTRO M.K.

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