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La oración más fuerte, más efectiva que conocemos los cristianos es la oración del Padre Nuestro, enseñada por Jesús el Cristo a sus discípulos, como se puede ver en el capítulo 11 del evangelio de Lucas, el gran amigo y colaborador de Pablo, hasta la muerte de este apóstol por decapitación a manos del malvado Imperio romano.
La oración es una de las tres formas de comunicarnos con Dios. Sin embargo, algunas personas confunden rezar con orar. Rezar es repetir fórmulas religiosas preconcebidas, prefabricadas, hechas en forma mecánica, de memoria, sin las cabalidades propias de una persona plenamente consciente. En cambio, orar es un acto de la consciencia, del alma misma que se conecta con el Creador e implora su benevolencia, su ayuda, su favor. La oración sale del corazón. El rezo sale de la mente y de su facultad propia que es el intelecto, sale de la memoria del que reza. El rezo está enmarcado, limitado por los sentidos que actúan como condicionantes y/o estimulantes del devoto. Aquí residen sus limitaciones, mientras que la oración sale del corazón contrito, del alma que en raudo vuelo asciende a las alturas del Inefable y se armoniza en súplica con El, para lograr su misericordia, su intervención, su intercesión.
La oración antes de ser proferida recorre todo el septenario teosófico e impregna de su energía superior todos los cuerpos físicos e internos del ser humano. Esa razón altamente positiva para todos, también se revierte en contra nuestra cuando el verbo, la intención y los egos creados por el fuego invertido de la cola de satán, maldicen. Esa energía venenoskiniana, esa fuerza del mal, al recorrer nuestros cuerpos, los impregna, los envenena y esta es la razón por la cual la maldición perjudica primero a quien la profiere, a quien la lanza. Por eso los antiguos siempre decían que la maldición por donde sale, entra. Esta es la misma razón por la que el Arcángel Michael cuando peleaba el alma de Moisés con el diablo, no lo maldijo, sino que le dijo: “Que el Señor te reprenda.”
Parodiando la actitud del Arcángel Michael, he visto muchos hermanos evangélicos que dicen reprender al diablo, a las enfermedades, a los espíritus rebeldes, a los fantasmas, a los malos momentos, pero esto no es efectivo, porque no tienen la fuerza, ni la autoridad, ni el nivel espiritual para reprender a esas entidades. No es efectiva esa reprensión porque lo hacen en total desconocimiento de las leyes divinas, ni tampoco con los ojos del alma totalmente abiertos para actuar. No es efectiva esa reprensión porque no tiene el aval del Espíritu Santo, contra quien han pecado al ser adúlteros o fornicarios, al contravenir con conocimiento o desconocimiento el Sexto Mandamiento.
El Padre Nuestro tiene 7 peticiones; 3 son espirituales y 4 son materiales. O más claramente, 3 peticiones superiores y 4 inferiores. Veamos:
1. “PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE.” Esta petición reconoce que tenemos un Padre, un Ser Superior, una inteligencia superior, plena de toda perfección que tiene un nombre sagrado, santificado por nosotros. Existen 9 cielos y también 9 sombras de ellos a las cuales denominamos por antonomasia infiernos, porque son partes inferiores. Reafirmamos que el cielo o los cielos, son estados de Consciencia. Reiteramos enfáticamente que no hay mundo invisible, lo que hay es grados de perfección en los sentidos. Esa perfección solo es posible decapitando los defectos, quitándole la energía al ego, aquí y ahora. Esa perfección solo es posible practicando el Tantrismo Blanco, transmutando nuestras energías hacia adentro y hacia arriba y sirviéndole a la humanidad hasta el sacrificio, pero con amor incondicional, como lo enseñó y lo vivió intensamente nuestro Maestro Jesús el Cristo, quien es el basamento de toda obra imperecedera y el fundamento de todo el Universo por eternidad de eternidades.
2. “VENGA A NOSOTROS TU REINO”. En esta segunda petición estamos clamando a Dios que su Reino venga a nosotros, que la plenitud del todo se integre, sea una con nosotros, con la parte. Es decir, que el mundo del Padre venga a nosotros. Claro y auto evidente que, ese Reino Celestial todavía no podría venir hasta nosotros porque ese reino no se regala, hay que conquistarlo. Ya dice la Biblia que: “El cielo se toma por asalto.” Nada es gratis, todo tiene su esfuerzo. Recordemos, hermanos queridos, que en todo trabajo hay un fruto, y en todo fruto hay un trabajo. Imposible que el Reino de Dios puede ahora venir hasta nosotros si no estamos preparados. En un Reino de perfecciones, de energías supra sutiles, de inteligencia pura, de Luz Divina, de Gracia Divina, ¿Qué haríamos? Nos pasaría lo mismo que a aquel hombre que asistió al Banquete del Señor sin vestiduras de Boda, fue sacado de las bodas y echado a las tinieblas exteriores, donde sólo se oye el llanto y el crujir de dientes.
3. “HÁGASE SEÑOR, TU VOLUNTAD AQUÍ EN LA TIERRA COMO EN LOS CIELOS.” Esta Tercera petición enmarca la voluntad del hombre con la de Dios. Es decir, el hombre permite que las leyes divinas, que la voluntad del Creador prevalezca sobre la suya. Esta petición contiene exactamente la sagrada estrella de David, que representa la unión eterna del mundo de arriba, que baja y se entrelaza en divina unión con el mundo de abajo, que sube y se encuentra con él, en el camino del medio. El camino de Sabaoth, el Grande, el Misericordioso, el Cristo, Señor de la Vida de ambos mundos. En esta petición también creo que hay un poco de incongruencia por parte de la humanidad, porque he escuchado que cuando algunas personas tienen algún familiar muy enfermo dicen: “Bueno, nosotros lo pusimos en manos de Dios para que se haga su santa voluntad.” Todo lo cual indica que antes de esa decisión de ponerlo en manos de Dios, ¿en manos de quién estaba?
4. “EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA, DÁNOSLO HOY.” Esta petición es la cuarta porque tiene relación con las necesidades de alimento físico y espiritual que tienen los 4 cuerpos de pecado. Esta petición no se refiere exclusivamente al alimento, a la comida física que todo padre tiene que proveer a sus hijos. No. Es también referente al pan super substancial, al pan de vida eterna, que es el Cristo. Recordemos enhorabuena, que “el Cristo es nuestro pan de vida eterna y nuestro cáliz de perpetua salvación”.
5. “PERDONA NUESTRAS OFENSAS, ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN.” Dios es la Inteligencia Suprema del Universo. El Origen de todo cuanto existe. Nosotros no ofendemos a Dios, sino a sus leyes, a sus disposiciones, a sus mandatos. Quien cree que con escupir hacia el sol logra impactarlo y hacerle daño está equivocado, porque no tiene el poder, ni la fuerza para hacerlo. Sencillamente su saliva caerá de nuevo sobre él y se cumplirá así otra vez lo que antes dijimos sobre la maldición que, por donde sale entra.
La Primera Palabra del Cristo en la Cruz es: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” La humanidad debe y tiene que aprender a perdonar, si quiere ser perdonada. Sin embargo, esta humanidad actual tiene el corazón lleno de venganza, de resentimiento, de ira, violencia, de ansias de destrucción, que le impide perdonar. Quien no perdona, tampoco tiene derecho a ser perdonado, porque esa es una condición que ponemos a Dios, pero como nunca perdonamos, tampoco somos perdonados.
El que PERDONA dona méritos a su corazón. Pero quien NO PERDONA crea PERJUICIO a su alma. PER es un prefijo latino que significa para, o hacia. Entonces, semánticamente queda claro el término y efecto de quien no perdona, pues va a juicio y de este, en los Tribunales de la Justicia Divina nadie sale sin condena. Perdonar es ver la vida desde la perspectiva del amor. Perdonar es una forma de imitar la obra y enseñanza de nuestro Señor el Cristo y lograr sus bendiciones. Recomendamos a nuestros lectores el libro titulado “PERDONAR”, de Robin Casarjian, en el cual se explican técnicas y procedimientos especiales para lograr perdonar.
6. “NO NOS DEJES CAER EN TENTACION”. Samael siempre nos dijo que: “La tentación es fuego, pero el triunfo sobre la tentación es luz.” La tentación es el fuego que prueba el oro del Espíritu. La Biblia dice que: “Todas nuestras obras, cualquiera que ellas sean, serán probadas por el fuego”. Conversando con el Maestro Sabaoth y sintiéndome atribulado por tantas pruebas, me dijo que las pruebas son necesarias, puesto que sin pruebas no hay ascensión, no hay aprobación de nuestro trabajo. Debemos tener claro que el Padre nunca nos deja caer en tentación. La tentación es necesaria, es parte de nuestros procesos. El Padre siempre nos ayuda en cualquier tentación, pero aquí es totalmente aplicable lo que aprendí de Gargha Kuichines cuando me dijo en su humilde casa de Ciénaga: “Hijo, Dios no tiene hijos preferidos, sino que Dios es el preferido de algunos de sus hijos.”
7. “LÍBRANOS DE TODO MAL.” Quien busca y merece la protección del Padre, quien anda en sus santos caminos, siempre será librado de todo mal y de todo peligro. Además, si las 3 primeras peticiones se cumplen, entonces las 4 últimas serán toda una tangible realidad para nosotros. Si las 3 primeras peticiones se realizan en nosotros ya no tendremos necesidad de pedir el pan nuestro de cada día, ya habrán sido perdonadas nuestras ofensas, ya habremos salido triunfantes en todas las tentaciones y por tanto, habremos sido librados de todo mal. Sencillamente ya habrá llegado el Reino de Dios a nosotros y el plan divino se habrá hecho realidad en nuestro Ser. Se cumplirá el misterio de José retornando a la casa de Israel, su padre, tomado de la mano de Benjamín, su hermano menor. El que tenga entendimiento que entienda porque aquí hay sabiduría y alimento para el Espíritu.
Confieso que el Padre Nuestro en arameo como lo enseñó el Maestro Jesús, tiene virtudes cristianas insuperables y modernamente cantado por Piedad Akessa, en esa lengua, produce estados de gran paz, armonía, curación del cuerpo y del alma y ayuda al desdoblamiento astral para los devotos. Solo es necesario desarrollar una disciplina seria y escucharlo muchas veces concentradamente haciendo respiraciones profundas con el mantram HAM SAH, en posición de cubito dorsal, hasta adormecernos.
También hay una penitencia para ayudar a combatir el odio y la ira. Durante 27 días siéntese el devoto en cómodo sillón a una misma hora, colóquese frente al Este y ore 27 Padre Nuestro, gire hacia el Sur y haga lo mismo; luego de frente al Occidente ore otros 27 Padre Nuestro y finalmente hacia el Norte repita igual cantidad. En total son 108 Padre Nuestro que se ofrecerán para que el Cristo nos ayude a eliminar esos defectos y la práctica debe hacerse durante 27 días seguidos a la misma hora. Sugerimos que este trabajo se haga con mucha devoción antes del crepúsculo.
Amados lectores, os ofrezco la bondad de mi corazón y el mejor deseo porque siempre seáis dignos de recibir las bendiciones que nos da el Padre Nuestro, que ellas sean en abundancia sobre todos nosotros y nos permitan caminar en su Luz y su Divina Gracia.
OM TAT SAT IAO IAO IAO
MARIANO JOSE HERRERA VILLERA
MAESTRO M.K.
MAESTRO M.K.
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