El argumento anterior obliga al verdadero buscador a profundizar, a inquirir mas allá del formalismo lingüístico, a ir mas allá del mundo de las palabras. Esta envoltura es una capa protectora contra profanadores, que no tienen las claves secretas, ni el nivel conscientivo necesarios para comprender espiritualmente el mensaje del Espíritu de Dios.
Muchos son los grupos pseudoesotericos que creyendo descifrar los mensajes de Dios se han equivocado estrepitosamente. La historia luce repleta de equivocados sinceros, que erraron el camino. Seres que no han podido entrar por la puerta estrecha, porque aun conociendo el simbolismo de la puerta, no han caminado hacia adentro, penetrado en los detalles, en el cumplimiento de los sagrados protocolos del tantrismo blanco, en los sellos, en el dominio de los regidores, de las esferas y dimensiones abismales o celestiales. No se han despojado de todo lo que brilla con reflejo engañoso. Candidatos a la Iniciación que jamas han practicado los Misterios del Amor. Y que aun practicándolos desconocen la naturaleza y esencia del Tiphon-Baphometo. No saben trabajar con el, ni mucho menos sacar luz de las tinieblas.
Nunca cesaremos de proclamar que la Gnosis no es una religión y que jamas debe convertirse en asociación de creyentes, ni en club social de fanatizados que se esclavizan a rituales, oraciones y suplicas laudatorias, sin realizar en el microcosmos intimo ninguna de las virtudes y de las facultades de la Gran Divinidad. Gnósticos que repiten como loros o pajarracos animalescos lo que otros dicen, sin comprobar nada, se convierten en inútiles estatuas de sal, como la mujer del justo Lot. “PRIMUM INTELLIGERE, DEINDE CREDERE.”
Pablo de Tarso, el
Maestro Hilarion, escribió 13 epístolas, en las cuales rasgo el velo del Templo
y describió magistralmente los fundamentos y filosofia del Cristianismo. Desde
los trabajos del Arcano AZF, hasta la muerte psicológica y el nacimiento
segundo están sabiamente explicados por este gran apóstol, e incluso, didactiza
sobre la estructura moral del Iniciado, tema que algunas tendencias
espirituales han soslayado.
En 1 Corintios, capitulo 2, versículos del 6 en adelante, se afirma lo siguiente:
Sin embargo, hablamos
sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría no de este siglo, ni de los príncipes de
este siglo, que perecen.
Mas hablamos sabiduría
de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestino antes de los
siglos para nuestra gloria.
la que ninguno de estos
príncipes conoció; porque si la hubieran conocido no hubiesen crucificado al
Señor de gloria.
Antes bien como esta
escrito:
Cosas que ojo no vio,
ni oído oyó .
Ni han subido en
corazón de hombre. Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
Pero Dios nos las revelo
a nosotros por el Espíritu . . .
Pero el hombre natural
no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para el son locura, y
no las puede entender, pues se han de discernir espiritualmente.
En cambio, el hombre
espiritual juzga todas las cosas, pero el no es juzgado de nadie..."
Dignisimo estudiante del
conocimiento y sabiduría gnóstica, te sugerimos respetuosamente que no te dejes
etiquetar, ni esclavizar a creencias y/o culto a personalidades. Esas
creencias son “el falso mana, son las
serpienticas venenosas que mordían al pueblo de Israel en el desierto y los
mataba. Busca hasta debajo de las piedras el verdadero mana, que es la
sustancia cristica, la esencia y fundamento de todo cuanto existe.”
Muy conveniente meditar
en los mensajes de las iglesias de Filadelfia y Laodicea, contenidos en el
capitulo 3, del Apocalipsis. Meditar aquí es escudriñar, buscar y
rebuscar, poner la lupa del Espíritu en cada palabra, en cada frase.
Para ello, relájate
tomando respiraciones profundas, busca una posición corporal cómoda, PON LA
MENTE EN BLANCO. Invoca el Poder de la Madre Divina o el Espíritu Santo, y lee,
relee y al final de la practica, repite infinitamente la frase "QUE SEA LA
VERDAD... QUE SEA LA VERDAD ...QUE SEA LA VERDAD..."
QUE LA PAZ MAS PROFUNDA REINE SIEMPRE EN TU ALMA Y EN TU SANTÍSIMO CORAZÓN.
MARIANO JOSE HERRERA V.