La Madre Divina es Madre de Dios y Madre de todos los hombres.
Para el Cosmos Infinito es el vientre paridor de Cristos, porque todas las almas que toca las convierte en Cristo.
Ella es la Madre de todas las formas manifestadas en la Creación, y de las que no también. Su presencia está en todo.
Imposible que nosotros podamos llegar al seno del Omnimisericordioso, si no es tomados de sus Santas y Venerables manos.
Imposible transformar nuestros defectos en virtudes, si no tenemos su ayuda, su sabiduría y su Divina Gracia.
De no existir la ayuda de nuestra Divina Madre estaríamos realmente perdidos.
Algunos años atrás, afirmamos que Pedro tiene las llaves de la puerta de los cielos, pero es la Madre Divina quien sabe usarlas.
A Pedro, como parte autónoma y autoconsciente de nuestro Ser, lo tenemos todos. Pero la sabiduría y auxilio de la Madre Divina solamente la tienen los que cumplen aquella frase del Ritual que dice:
"Debes dar todo, absolutamente todo por un solo beso mío...
Pero aquel que en la gloria de ese momento diese polvo, todo para el será negado, todo para él será perdido..."
Solo el hijo fiel, al que sale triunfante en todas las batallas del desierto de la vida, solo a él le está permitido decir a su Isis particular:
"Dame la felicidad secreta que guardas a los que te aman".
En el Ritual del Gran Espíritu, dice la Madre Divina:
"Yo soy la Gran Madre, Madre del Gran Espíritu y de las formas que llenan el Universo. Todos vosotros sois mis hijos y os amo a todos. Os he acompañado en vuestros triunfos y también en vuestras penas y tristezas. Con Aquel que es hermoso y grande en poder y sabiduría, os dimos la belleza de la luz y el Reino de la Eternidad en la aurora de la vida. Yo os amo a todos".
"El grande y eterno Amor os creó como un diamante, diáfano y transparente en la tierna aurora del Gran Día".
La Madre Divina es la verdadera Madre. El vientre cósmico de nuestro Ser, de nuestra alma. Y en honor de ella celebramos el Cantar de los Cantares. La unión de lo humano con lo Divino. La unión de los dos mundos y de la doble eternidad.
Todo aquel que se ponga en las manos tiernas y amorosas de la Divina Madre, siempre tendrá su auxilio. Pero ésto debe hacerse con fé. Con entrega total y espontánea.
La Madre Divina es una eterna fuente de bondad y amor que hasta puede perdonar el karma de su hijo.
Pero esa Madre Divina tiene su representación física en nuestra madre terrenal. Con todas sus virtudes o defectos, la madre terrenal merece respeto y nuestro amor. Porque quien no valora y ama lo que ve, mucho menos puede valorar lo que no ve. La Madre celestial.
Recordamos que el gran apóstol Pablo dijo en una de sus luminosas epístolas que:
"Lo que se ve fue hecho por lo que no se ve".
Recuerdo ahora las palabras de un gran Santo que oraba diciendo:
"Madre Divina, no te merezco, pero te necesito..."
Feliz día de las Madres a todas las Madres y también a todas las mujeres porque en todas ellas hay engendrado el germen de Madre.
La bendición de Dios Todopoderoso os acompañe siempre.
Amén. Amén. Amén.
MARIANO JOSÉ HERRERA V.
MK.
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