Una de las razones
que produce la esclavitud del ser humano es la ignorancia.
La ignorancia es una
manifestación nefasta de las tinieblas físicas y espirituales.
Debido a la
ignorancia de muchos, unos pocos han dominado al mundo. Al extremo que un gran
héroe latinoamericano llegó a decir: "Nos han gobernado más por la
ignorancia que por el uso de las armas".
Ignorante no es aquel
desventurado que jamás fue a una universidad, sino también aquel que habiendo
ido, permanece con la consciencia dormida. Aquel que no tiene consciencia de su
papel existencial. Aquel que permanece caminando en el desierto de la vida sin
saber hacia dónde va, sin una cosmovisión clara de su vida. Aquel que no está
ubicado en coordenadas del aquí y el ahora. En una palabra, aquel que ignora
qué es la vida y para qué es la vida.
Algunas personas se
creen sabias y sin embargo, ignoran que ignoran.
Ni remotamente
conocen las leyes que le rigen y las que rigen el universo entero, en el cual
somos y existimos. En conclusión, desconocen que nosotros somos parte del
universo y el universo parte de nosotros. Es decir, el misterio del vacío y la
forma.
El mundo actual está
diseñado con una Arquitectura cuyo único fin es crear hombres máquina, hombres
zombies. Seres que no piensen. Seres sin conciencia alguna de su papel
protagónico en la sociedad. Animales de consumo, que tienen como fin único un
consumismo voraz y compulsivo. Cuya única y vergonzosa razón de vida es
trabajar, trabajar para gastar y consumir todo lo que las fuerzas del mercado
produzca. Seres que sólo viven para consumir. Hay muchos tipos de ignorancia:
el ignorante espiritual, el ignorante intelectual, el analfabeto emocional, el
ignorante religioso, el ignorante sociopolítico, el ignorante tecnológico y el
ignorante que ignora que ignora, que es el más contumaz de todos.
Por razones de
pedagogía gnóstica abordaremos solamente el estudio de la ignorancia
espiritual.
El ignorante espiritual
es aquel que no tiene el mínimo conocimiento ni interés por la anatomía y
fisiología del espíritu. Nace y muere ignorando los procesos de la cosmogénesis
que le dieron origen a su vida. No es aquel ateo que en su ignorancia supina,
niega la existencia del creador y de sus planes divinos, sino el hombre máquina
que jamás se inclina ante la majestad del Altísimo para agradecer un día más.
Aquel que vive la doctrina de los cuatro burros, que ni sabe ni le interesa
saber.
La doctrina de los
cuatro burros es la de los sepulcros blanqueados los seres que sólo tienen los
cuatro cuerpos del pecado, aquellos que han perdido el íntimo.
El ignorante
intelectual es aquel que todo lo sabe y que pretende ver a Dios a través del
microscopio de su laboratorio. El que todo lo esculca y analiza con el
intelecto, que es un órgano de la mente materialista. Mientras que la
inteligencia es una manifestación del alma.
El ignorante
intelectual dice cómo Marx: "En un mundo de materia no hay espacio para
Dios". Ignorando qué aún la materia es una manifestación de Dios.
Por ignorancia se han
cometido errores históricos que avergüenzan a la humanidad. La crucificción y
muerte del Divino Salvador es un ejemplo de la ignorancia del pueblo judío,
aunque era requisito necesario para que se cumpliera la Escritura y se diera el
nuevo pacto entre Dios y los hombres.
Por ignorancia
ilustrada Irineo de Lyon persiguió a los gnósticos encarnizadamente en el siglo
ll y anuló el mandato de Pablo en 1 timoteo capítulo 3 sobre el matrimonio de
obispos y sacerdotes. Anulación arbitraria que ha degenerado en miles y miles
de casos de pederastia y abominaciones sexuales.
Por ignorancia
espiritual, la infernal Santa Inquisición quemó vivos a más de cincuenta mil
seres humanos. Por ignorancia se originaron las guerras de religiones o guerras
santas que asesinaron a inocentes seres y regaron de sangre a Europa y
Asia.
Por ignorancia siguen
enfrentados desde el año 632 los seguidores de Mahoma y divididos
irreconciliablemente en Chiitas y Sunitas.
Por ignorancia, la
negra historia del catolicismo tuvo en 1378 dos papas, uno en Roma y otro en
Avignon, Francia, los cuales se odiaban a muerte y se excomulgaban
mutuamente.
Por ignorancia la
iglesia católica promovió el geocentrismo y persiguió a muerte a quienes no lo
aprobaran. Galileo fue una de sus víctimas más icónicas.
Por ignorancia, los
descubridores y conquistadores españoles asesinaron más de diez millones de
nativos americanos.
Por ignorancia, el
hombre ha bombardeado el núcleo del átomo de uranio y de otros elementos
radioactivos. Ha liberado las fuerzas del infierno para azolar al prójimo. Para
destruir todo vestigio de civilización y vida sobra la tierra. Para sembrar de
muerte y de dolor el rostro del planeta. Han liberado las infinitas energía del
núcleo atómico para multiplicar el mal y destruir toda la creación. Acto
suicida y matricida.
Por ignorancia, el
hombre contamina con millones de toneladas métricas de gases invernadero
diariamente. Estados Unidos consume diariamente 16.000.000 de barriles de
petróleo lanzando sus efectos hacia la atmósfera.
Hemos llegado a
contaminar con mercurio los ríos y cuerpos de agua para buscar oro. Los
glaciares, los nevados, los cuerpos de agua, los bosques, y todas las especies
vivientes, vegetales o animales, han sufrido y sufren todavía el impacto de
nuestra suicida ignorancia.
Por ignorancia, Kim
Jong-un juega diariamente al ratón nuclear. Por ignorancia, hay casi 60.000
ojivas nucleares esparcidas por todo el mundo.
Si la vida es una
constante toma de consciencia, entonces, los que no estén despertando consciencia
de su responsabilidad consigo mismo y con el universo, sencillamente están
destinados a perecer. El salto cuántico del cual hablan muchos grupos de
misterios en este momento, no es otra cosa que la elevación vibracional del
alma humana. El ascenso dimensional del hombre a una escala superior de
desarrollado y consciencia cósmica. Este salto cuántico es absolutamente
imposible con el estado de ignorancia colectiva, de adormecimiento total en que
se encuentra la civilización actual.
Llegó la hora suprema
del ser o no ser de Shakespeare, llegó la hora suprema de utilizar las alas y
emprender el raudo vuelo hacia la gloria, hacia el infinito, hacia lo eterno.
La historia dirá si tuvimos la fortaleza para hacerlo o si sencillamente nos
hundimos en la miseria y la ignorancia. De ti depende.
MARIANO JOSÉ HERRERA
VILLERA
MAESTRO M.K
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GNOSIS DE VANGUARDIA
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