martes, 23 de mayo de 2017

LA GNOSIS NO ES RELIGION, ES SABIDURIA ESPIRITUAL



Existe un grave error en la cultura occidental al creer que la Gnosis es una religión. Tal vez esa misma equivocación persiste en los grupos gnósticos de América y Europa Occidental.


La Gnosis es un mecanismo espontaneo y natural de la consciencia despierta y ese mismo mecanismo produce la Omnisciencia, la Omnipresencia y la Omnipotencia del ser en el Ser. A eso se refiere la expresión latina: “Omnia in Doubus, Duo in Uno, unos in nihilo. IAO Sabaoth.”

La Gnosis no es una religión, porque religiones hay cientos y Gnosis es una sola. Gnosis es libertad, liberación, sabiduría no condicionada ni al tiempo ni al espacio, ni a persona alguna, mientras que religión es un nicho temporal, un circulo de creencias y creyentes, a veces no exento de fanáticos que alimentan discriminación, descalificación, odio, persecución y pérdida parcial o total de la razón y la sana lógica.

Como fruto de todo  ese fanatismo, ignorancia e intolerancia, la Historia de la humanidad recuerda estupefacta los crímenes horrendos de los romanos contra los cristianos en los primeros siglos de la Era Cristiana, y también de las Cruzadas contra los llamados bárbaros. Igualmente recordamos los asesinatos y quemas de la malvada Santa Inquisición, que en España,  al mando del criminal Marques de Torquemada, asesinó y quemó vivos a inocentes seres humanos por chismes, intrigas, por celos religiosos o por satánicas razones esgrimidas por los fanáticos católicos de esa época.

En el siglo XX los fanáticos nazis quemaron vivos a más de 10 millones de judíos en Europa. Actualmente, y con toda su crueldad y violencia, vemos el cuadro de horror y terrorismo que está dibujando I.S.I.S, o el llamado Estado Islámico, con su pincel de muerte y destrucción en países de Asia, Europa y América, todo ello como consecuencia de un fanatismo extremo por no haber comprendido cabalmente las enseñanzas del Profeta Mahoma, plasmadas en El Corán, las cuales en su mayoría fueron inspiradas por Dios a través del Arcángel Gabriel.  

La Gnosis no puede albergar fanatismo, porque el fanatismo es fruto de la ignorancia, de las tinieblas, del miedo,  de la perdida de la razón individual y objetiva, fruto de la ausencia de Dios o de espiritualidad verdadera. Mientras que la verdadera Gnosis es consecuencia de  la Ciencia Divina enseñada desde siempre por los pitris o Ángeles Solares, por agentes de la Divinidad y hasta por Dios mismo en sus diferentes formas y manifestaciones.     
     
Desde los albores de la Era de Acuario, el V.M. Samael Aun Weor y los sabios Maestros que le acompañaron en su Cósmica Misión, afirmó que la Gnosis es la Ciencia y la Sabiduría de los Dioses, del Espíritu puro. Es el conocimiento de todo lo que existe; el estudio y comprensión del Microcosmos Hombre y del Cosmos Infinito como dinámica viviente de Dios.
La sabiduría gnóstica no puede estar encerrada, encriptada en una religión porque sería absurdo que una religión encerrara,  contuviera o represara la sabiduría del mundo y de los mundos manifestados e inmanifestados. Como imposible, también sería que toda el agua de los océanos estuviera contenida en un apacible lago, aunque ello no quita que sus aguas tengan naturaleza semejante.

Vemos que el hombre actual ha dividido el cuerpo humano en multiplicidad de especialidades médicas para su estudio y tratamiento clínico. Creemos que un solo médico es incapaz de dominar,  de conocer a profundidad y con todos sus detalles todas las ramas y/o especialidades de la medicina actual. En ese sentido, y por analogía, afirmamos que un solo hombre no podría comprender la profundidad de la Naturaleza Divina, pues lo temporal, ¿cómo podría comprender lo eterno?  ¿Puede, acaso, lo finito abarcar lo infinito? Nadie con una mente terrenal, llena de defectos, puede comprender la Mente Cósmica. Una cosa es lo Relativo y otra lo Absoluto.

Los Misterios que se han develado son  una cosa y aquellos que no se han revelado son otra cosa, aunque todos ellos pertenezcan a la Gnosis de todas las cosas, de todos los mundos, dimensiones o edades. Una cosa es la Santa Biblia y otra la Pistis Sophia. La Biblia es un libro testimonial, mientras que la Pistis Sophia es un libro presencial. Es decir, la Pistis Sophia que es la biblia gnóstica explica, por presencia y boca del Divino Salvador del Mundo, Jesús el Cristo, los Misterios de la Biblia cristiana. Aspecto este que impide al lector profano o desprevenido,  comprender la profundidad de sus santas enseñanzas. Nos queda entonces como corolario que, en la Biblia no está toda la sabiduría del Cristo, aunque en Cristo está contenida la plenitud de la Deidad. Como prueba de esto encontramos muchas afirmaciones en  los 4 Evangelios. Vemos por ejemplo que, en Juan, capítulo 20, versículos 30 y 31, se dice:
“Hizo además Jesús muchas otras  señales en presencia de sus discípulos; las cuales no están escritas en este libro.

Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”.  Aquí se hace claramente la diferencia entre Jesús y el Cristo, porque todavía hay quienes piensan que es lo mismo. Si esos dos términos tuvieran  el mismo significado no se hiciera tal diferencia. Así que, el que tenga entendimiento que entienda porque aquí hay sabiduría.

En el mismo Evangelio de Juan, capítulo 21, en su último versículo, afirma el Gran Turiya:
“Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir”.     
Obviamente, que el Cristo es la parte manifestada de Dios para crear el mundo y los mundos y también para constituirse como mediador, como puente o camino para llegar al Padre Eterno. Argumento este que se expresa en la Biblia cuando se afirma en Juan, capítulo 1, versículo 18: “A Dios nadie le vio jamás; el Unigénito Hijo que habita en el seno del Padre,  él le ha dado a conocer.”

Los instructores y Maestros gnósticos siempre han afirmado que el templo de la sabiduría gnóstica se sostiene sobre 4 columnas que son: Ciencia, Arte, Filosofía y Mística. Sin embargo que ello debería ser así, hemos visto a través de la historia del gnosticismo americano que el fanatismo ha destruido el necesario equilibrio que debiera primar entre esas 4 columnas,  y la Mística mal comprendida, se ha convertido y entendido como religión.  Por lo cual , algunos hermanos se han confundido y en vez de vivir intensamente las enseñanzas, concurren a los templos o lumisiales con una conducta falsa,  santurrona y en el resto de sus actividades son personas comunes y profanas, que al igual que los militantes de sectas evangélicas, católicas o pentecostales parecen profesar una  equivocada espiritualidad.



Aclaramos que no estamos en contra de las religiones,  las cuales en opinión del Avatara de esta Era de Acuario, “son perlas preciosas engarzadas en el hilo de oro de la Divinidad”. Contra lo que nos pronunciamos es contra el fanatismo,  la desviación, la confusión que quiere hacerse de Gnosis con religión. Precisamos también afirmar que la Gnosis como sabiduría espiritual tiene un culto, una Liturgia y esto es lo que ha producido en algunos hermanos la confusión. Generando comensales de pan y vino, sin manejo de la Doctrina y mucho menos de las prácticas transcendentales que ella preconiza.  Hermanos que solo les preocupa asistir a los rituales pero no en llegar a la Maestría, a vestirse con vestiduras solares para asistir dignamente al Banquete del Señor.
Por considerar de gran importancia las luminosas afirmaciones del jesuita francés, Pierre Teilhard de Chardin en su libro “CIENCIA Y FE”,  procedemos a transcribir algunos conceptos suyos:
“La religión es para los que duermen.
La Gnosis es para los que están despiertos.
La religión es para aquellos que necesitan que alguien les diga que hacer y quieren ser guiados.
La espiritualidad es para aquellos que prestan atención a su voz interior.
La religión tiene un conjunto de reglas dogmáticas.
La espiritualidad invita a razonar sobre todo, a cuestionar todo.
La religión amenaza y asusta. La espiritualidad da paz y gozo interior.
La religión habla de pecado y culpa. La espiritualidad habla de aprender del error.
La religión busca lo sagrado en un libro.
La espiritualidad busca en todo libro lo sagrado.
La religión no es Dios.
La espiritualidad lo es todo, y por tanto, es Dios.
La religión inventa.
La espiritualidad encuentra.
La religión es humana, es una organización con reglas.
La espiritualidad es divina, sin reglas.
La religión es la causa de las divisiones.
La espiritualidad es la causa de la Unión
La religión vive en el pensamiento, en el pasado y en el futuro.
La espiritualidad vive en el presente.
La religión enclaustra nuestra memoria.
La espiritualidad libera nuestra consciencia.
La religión cree en la vida eterna.
La espiritualidad nos hace conscientes de la vida eterna.
La religión promete después de la muerte.
Espiritualidad es encontrar a Dios en nuestro interior durante toda la vida.

No somos seres humanos que pasan por una experiencia espiritual . . .
Somos seres espirituales que pasan por una experiencia humana . . . “
Apreciado, hermano gnóstico, haz el ejercicio de cambiar en las frases anteriores del sacerdote francés, la palabra ESPIRITUALIDAD POR LA PALABRA GNOSIS. Así te darás cuenta que ese escritor y filósofo disidente, conocía perfectamente lo que es la gnosis, solo que no utilizó esta palabra para no tener complicaciones con la curia romana. Recuerda que “ascender a los cielos es cardinal y necesario”, como dice el ritual.  Pero para ello: “Debes despojarte de todo lo que brilla con reflejo engañoso.” Eso de confundir la Gnosis con una religión más, es uno de esos reflejos engañosos. La práctica hace al Maestro, pero son las buenas prácticas. Quiera Dios que estas explicaciones sirvan para darte luces y enderezar tus caminos y que triunfalmente puedas exclamar como Angelus Silesius : “Dios es  fuego y yo soy su Luz.” Amen. Amen. Amen.



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lunes, 1 de mayo de 2017

AUTOGESTIONANDO NUESTRA INICIACION



Cuando el ser humano madura y toma la decisión de realizar los más elevados propósitos del Plan Divino, se presentan ante si muchísimos panoramas y acciones que debe tomar.
El despertar de la consciencia no es un proceso instantáneo, sino que es el resultado de infinitud de trabajos en diferentes esferas de nuestra vida. Nadie logrará la autorrealización del Ser por otro. No. Ese es un camino personal que debemos recorrer totalmente solos.
La grandeza y profundidad de la sabiduría gnóstica y la generosidad con que los sabios Maestros la han entregado, hacen que los discípulos se vean frente a miles de prácticas que hacer. Por lo cual, eso nos debe conllevar a ser responsables de autodisciplinarnos. Entonces, debemos decidir qué hacer. Que debemos dejar de hacer. Como vamos a empezar este largo e infinito camino. Diseñar, poner en práctica y evaluar objetivamente la estrategia y disciplina que debemos abordar para vivir los Tres Factores en forma exitosa, triunfal.

Evaluar aquí es apreciar, captar, darse cuenta si lo que estamos haciendo está dando los resultados que buscamos y si no es así, proceder a  analizar sin justificar todo lo hecho; además escudriñar nuestro comportamiento con la Ley Divina y nuestro particular modo de relacionarnos con nosotros mismos, con el entorno y con Nuestro Dios. Obvio y elemental que la evaluación decisiva e inapelable la otorga nuestro Cristo Intimo y las Jerarquías de la Ley Divina.

“Dolor y reflexión, he allí tu camino.” Leed y recordad el libro de Job y el salmo 22 de David, porque en ellos hay cataratas de sabiduría y enseñanzas reales y útiles para nuestros procesos. Cada segmento del camino, cada día y cada noche debemos vivir evaluándonos. Es un constante despertar, es un perpetuo darnos cuenta de lo que hacemos, de lo que sentimos, lo que pensamos, y de lo que hablamos. El Verbo y el Aliento deben ser rigurosamente autocontrolados. Recordemos, hermanos, que la garganta es un útero creador y que por ello la Biblia dice tajantemente: “Por vuestras palabras seréis juzgados.”

La disciplina es absolutamente fundamental para obtener resultados satisfactorios y acordes con el propósito de la Iniciación. He allí la razón por la cual la Biblia en Hebreos, capítulo 12, versículos 6 y 7, expresa: “el Padre al que ama disciplina y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os recibe como hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?”

Claro y axiomático que la disciplina esotérica hay que crearla y mantenerla. Esto no es fácil, pero tampoco imposible. Un ejército por muchas y avanzadas armas  pudiera perder batallas si no tiene disciplina. Y disciplina aquí es guardar los mandamientos de las jerarquías superiores. Disciplina es orden y ordenamiento de las cosas que prelan sobre otras en los diferentes aspectos del ser y el quehacer.
 Es obediencia y lealtad a la enseñanza y respeto a los compromisos con el Cristo y con la Cosmicidad. Disciplina es practicar permanentemente las enseñanzas que hemos recibido y por las cuales deberemos responder ante la Ley. Porque incluso, el Divino Salvador del mundo y de los mundos afirma que: “El hombre que conoce mis enseñanzas y no las practica, más le valdría no haber nacido o atarse al cuello una rueda de molino y echarse al fondo del mar.”

Por supuesto que, no pretendemos fijar rutas para la Iniciación, sino enfatizar sobre la necesidad de ser serios y constantes en la autogestión de nuestra propia Iniciación para llegar así al Óctuple Sendero, en donde hay que trabajar con escuadras, triángulos y octágonos… 

Hemos visto muchos caminantes que son indecisos, inseguros, variables, pendulares, bipolares y en esa forma se convierten con el tiempo en fracasados que terminaran marchándose de las filas gnósticas y hablando mal de nuestra sabiduría y transformándose en enemigos de ella. Necesario y urgente es tener Fe en Dios y su Santo Hijo, nuestro Señor y Salvador el Cristo. Recordemos que: “Sin fe es imposible agradar a Dios”. La Fe es uno de los dones del Espíritu Santo, por lo cual inferimos que quien no guarda castidad, jamás podrá tener Fe verdadera. Y aclaramos que la Fe no es creencia como pretenden enseñar algunas religiones.  

La enseñanza gnóstica debe ser como verdadera agua de vida que inunde todas las manifestaciones de nuestra vida. Escoged bien las prácticas a realizar y perseverad en la oración y en ellas. En Jeremías, capítulo 33, versículo 3 dice Dios:  Clama a mí y yo te responderé y te enseñare cosas nuevas y ocultas que tu no conoces.” Finalmente, sabemos que en toda labor hay un fruto y en todo fruto una labor. Procurad, hermanos,  que vuestros frutos sean para la vida eterna y no desmayéis por nada ni por nadie. “Al que venciere, daré a comer del mana escondido y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce, sino el que lo recibe.” Apocalipsis, capítulo 2, versículo 17.

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