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Quien
se justifica jamás cambiará. Quien no cambia, no avanza. Quien no avanza se
atrasa, se petrifica. Se vuelve estatua de sal.
El
Universo es dinámica cósmica. Es cinetismo del cosmos, es el resultado de la
vida en los mundos electrónicos. Urgente e inaplazable transformar mediante el
fuego sagrado nuestros Hidrógenos hasta convertirlos en Hidrógeno SI 12 para
poder formar los cuerpos superiores del ser y despojarnos de estos andrajos y
miserias conque ahora nos vestimos. Es súper urgente elevarnos
vibracionalmente, urgente pasar del mundo material, molecular, al campo
electrónico, al campo celestial como lo llaman las religiones.
Conveniente e
inaplazable empezar el trabajo de Hércules. Es necesario que el hombre actual
empiece un trabajo duro, intenso, que deje de lado lo vacío, lo pasajero e
insignificante de esta vida rutinaria, mecánica, y se esfuerce en lo
transcendental, en lo real, en aquello que está más allá de lo que ven los ojos
físicos. Indispensable que el hombre busque el camino de lo superior, de lo
eterno y perdurable, de aquello que nos hace grandes y gloriosos ante la
Cosmicidad, ante el Universo.
Tenemos alas y no
sabemos usarlas. Tenemos ojos y no vemos. Tenemos la vida que es el don más
preciado y no sabemos qué hacer con ella.
Indispensable trabajar
con la eliminación de nuestros defectos
y con la castidad científica. Para ello debemos bajar a nuestros propios
infiernos y en la Novena Esfera dantesca
transformar la materia grosera en oro del Espíritu a través de la
ciencia de Rafael, que es el mercurio de los sabios, y usando la Fuerza de
Samael para comprar en esos depósitos “El oro refinado en fuego” de que habla
la carta a Laodicea, en el capítulo 3,
versículo 18 del Apocalipsis que a continuación transcribimos:
“Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego,
para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la
vergüenza de tu desnudez, y unge tus ojos con colirio para que veas.”
El
momento que estamos viviendo, con los tambores de guerra nuclear repicando a la
consciencia del mundo entero, está comenzando a escribir la última página de la
tragedia final de la presente humanidad.
Los
mundos se forman por aglomeración de partículas cósmicas, según lo afirmado por
Rhenius, y los mundos se destruyen por el fraccionamiento de esas mismas
partículas cósmicas. En presencia de esa gran disyuntiva se encuentra la
presente humanidad.
Samael
Aun Weor, afirma en su libro “El collar del
Budha” que:
“El fraccionamiento del átomo, las explosiones nucleares, liberan
materia abismal sumergida, nuevos elementos atómicos terriblemente malignos,
Neptunio, Plutonio, Americio y Curio.
Este tipo infernal de sustancias atómicas terriblemente malignas se
escapan del abismo con las explosiones atómicas, y atraen a la superficie de la
tierra y a la mentalidad de las gentes ciertas características psicológicas,
espantosamente monstruosas.
La desintegración del átomo es una blasfemia, una locura científica
que no solamente trae daños físicos a este afligido mundo, sino también
monstruosidades psíquicas mentales y abominaciones espantosas de tipo infernal,
etc.
Si el ser humano estudiara mejor la energía solar y la aprendiera a
usar inteligentemente, el combustible líquido sería eliminado y la conquista
del espacio sería un hecho, a condición de una conducta recta.
Donde alcance a llegar un rayo de luz solar alcanza a llegar el
hombre.
La energía solar es millones de veces más potente que la energía
atómica.
Esta gran molécula, este Sistema Solar de Ors, funciona
maravillosamente gracias al terrible potencial de la energía solar”.
Todavía
estamos a tiempo para rectificar, para buscar los caminos de la luz que nos
impulsen a dar el llamado “Salto Quantico”, que no es otra cosa que la
elevación espiritual del hombre hasta ponerse a tono con los cambios
energéticos que experimenta el planeta tierra como la casa mayor que es. Dicho
en otras palabras, la humanidad debe dejar tanta maldad, tanto odio, tanto
materialismo y convertirse en una humanidad que practique el mandato del Cristo
cuando nos dijo: “Amaos los unos a
los otros como yo os he amado”.
Todo
lo que tiene comienzo también tiene un fin. Se acerca el día del Señor, el día
anunciado en la primera asura del Corán, cuando dice: “En el nombre de Dios, el misericordioso, el dueño del día del
juicio final.”
La
Biblia expresa por boca de Pedro lo siguiente: “No quedará piedra sobre piedra y los elementos ardientes volaran
por los cielos. Pero después de todo esto tendremos un nuevo cielo y una nueva
tierra donde moren la paz y la justicia”.
Impostergable,
hermano lector, que seas responsable y asumas responsablemente tu cambio en la
forma de pensar, de sentir y de actuar. Examínate, obsérvate minuciosamente, pero
ten en cuenta que quien se justifica a sí mismo, jamás cambiará. Esta es la
hora, o cambias o no habrá futuro para ti más que la dolorosa sumisión en los
mundos inferiores de la involución. Te deseamos éxito, constancia, disciplina y
mucha Fe. No te rindas. No te quedes atrás. “Avanza en favor del viento, o en contra de todos los vientos, pero
avanza”. Busca hasta debajo de las piedras y trabaja incansablemente
para recibir la bendición del Padre de todas las luces, del Cristo, Salvador y
Redentor nuestro, para que él te ayude a
despertar consciencia y a ser digno de recibir su divina gracia.
OM
TAT SAT IAO
MARIANO
JOSE HERRERA VILLERA
MAESTRO
M.K.
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